La doctora Mª Ángeles Idiazábal, neurofisióloga y responsable de la Unidad del Sueño en el Centro Médico Aribau, parte de la red de Quironsalud en Barcelona, ha advertido sobre las consecuencias a corto y largo plazo de la falta de descanso, así como de los beneficios de un sueño reparador.
AMENAZA PARA NUESTRA SALUD
Falta de memoria y concentración, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la propensión a la diabetes y la depresión son algunas de las posibles consecuencias. La falta de sueño de calidad también puede alterar el estado de ánimo, generando irritabilidad y somnolencia.
La neuróloga Idiazábal enfatiza que, en definitiva, dormir bien es fundamental para mantener un estado de salud física y mental óptimo. Es más, las evidencias científicas nos permiten afirmar que dormir es igualmente importante para la salud y el bienestar que la nutrición y el ejercicio.
CONSEJOS PARA DORMIR BIEN
Para mejorar la calidad del sueño, es fundamental adquirir buenos hábitos e higiene del sueño. Mantener bajos los niveles de ansiedad durante el día, asociar la cama exclusivamente al sueño y, en caso de dificultades para conciliar el sueño, levantarse y realizar actividades relajantes, como leer, son estrategias que pueden ayudar a promover un sueño adecuado. La lectura
La experta recomienda llevar una dieta mediterránea cardiosaludable, evitar el consumo de alcohol y tabaco antes de acostarse, así como limitar el consumo de cafeína, teína, chocolate y bebidas energéticas en las horas previas al sueño. También es importante mantener un horario regular de sueño, evitando el uso de pantallas antes de dormir y realizando ejercicio físico fuera de las horas cercanas al descanso.
¿DEPORTE POR LA NOCHE? NO PARA TODOS
La elección de la hora para hacer ejercicio y lograr un buen sueño nocturno puede variar según las preferencias y la respuesta individual de cada persona. Sin embargo, en general, se recomienda evitar realizar ejercicio intenso cerca de la hora de dormir, ya que puede aumentar la energía y la estimulación del cuerpo, dificultando la conciliación del sueño.
Se sugiere que se deje un margen de al menos 2 a 3 horas entre el final del ejercicio y la hora de acostarse. Esto permite que el cuerpo tenga tiempo suficiente para recuperarse y relajarse antes de entrar en el estado de sueño.
No obstante, cada individuo es diferente, y algunas personas pueden encontrar que el ejercicio en la noche no afecta su capacidad para dormir. Lo importante es escuchar a tu cuerpo y observar cómo reacciona ante el ejercicio en diferentes momentos del día. Si realizar ejercicio en la noche afecta negativamente tu sueño, puedes considerar cambiar tu rutina.
Recuerda que la consistencia en tus hábitos de sueño y ejercicio es fundamental para establecer un patrón saludable. Mantener una rutina regular, tanto en el horario de ejercicio como en las horas de sueño, puede contribuir a una mejor calidad del sueño en general.