El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la líder del Sinn Féin Mary Lou McDonald, en Dublín (Irlanda).

 

El mismo día que se conocían los resultados del Centro de Estudios Opinión (CEO) sobre la valoración de la acción del Govern de Catalunya, el presidente Pere Aragonés iniciaba su viaje oficial de dos días a Irlanda. Una visita que ha cogido por sorpresa a todos. Aunque se supone que debería estar planificada de antemano, las agendas se hacen con tiempo, nada se deja a la casualidad - ¿o sí?-. 

 

Según los resultados de la encuesta del CEO, la ciudadanía - se supone que encuestada- otorga un 4,4 de nota media al gobierno de la Generalitat, es decir, un suspenso que también recibe en políticas de: lucha contra la pobreza, el cambio climático, el impulso a la economía, sanidad, seguridad y educación pública.Todas de vital importancia para la vida de las personas.

 

Por el contrario, los ámbitos de gestión como la promoción del catalán y la cultura son los mejores valorados. Mientras que el mayor suspenso del Govern se lo lleva la comunicación. Alrededor del 79% de los encuestados afirman que el Govern  no sabe explicar bien su gestión y por qué toma las decisiones. El porcentaje sube al 87% entre los mayores de 65 años. Y eso que tanto TV3, como Catalunya Radio, medios “públicos” - del Govern- se llevan un buen pico de millones y resulta que no comunican bien los mensajes. ¿Será porque la mayoría de las personas pasan de estos medios por su sectarismo? A esos  hay que añadirle los “amigos” regados con publicidad y subvenciones abundantes. Pese a todo ello, el gobierno de Pere Aragonés no comunica bien.

 

El suspenso en políticas sociales debería preocuparle al Govern, por la situación que se vive en la calle y que parece que no se enteran los aludidos. Por eso la pregunta es: ¿Tocaba ahora el viaje a Irlanda? Creo que no , por muy significativo que sea el mensaje que se quiera dar desde la plaza de Sant Jaume al palacio de la Moncloa, con un emisario de por medio en la figura del todopoderoso vicepresidente del gobierno Félix Bolaños, que mantenía una reunión casi clandestina para intentar aplacar el cabreo monumental del presidente de Catalunya por las últimas decisiones del Tribunal Supremo de mantener la inhabilitación a Oriol Junqueras - se veía ya de candidato- y la postura de la Fiscalía de Catalunya en el escrito que acusa a Josep María Jové y Lluís Salvado de malversación agravada por el hecho de que los considera “los arquitectos del referéndum ilegal del 1-O”. 

 

En esa reunión que las partes han calificado como privada - ¿de verdad que se lo cree alguien?- ha sido filtrada por el diario de cabecera de los socialistas catalanes  - ¿ERC también?-. En el encuentro se ha querido relativizar la situación, máximo cuando “gracias” al PSC, Aragonés ha podido aprobar sus primeros presupuestos en solitario. Se espera que los republicanos, que tienen garantizada su legislatura por el PSC, hagan lo mismo con  Pedro Sánchez para lo que queda de legislatura. Es una especie de intercambio de cromos, con el “enfado” de los cambios de la eliminación del delito de sedición y los cambios en el de malversación. Ese ha sido uno de los puntos de la tensa reunión. Lo bueno de Bolaños es la capacidad de resistencia que demuestra, su paciencia, dicen que es una de sus virtudes, que en esta ocasión le ha valido y se ha tragado el viaje de Aragonés a Irlanda, uno de los modelos del independentismo. ¿Aragonés  va a tener el espejismo del país que dice ser uno de los más ricos de Europa, pero no lo es tanto? Sede de muchas multinacionales, por sus bajos impuestos, choca con la economía local.

 

Irlanda se beneficia de ser una economía abierta, perteneciente a la Unión Europea, lo que la hace muy atractiva a la inversión, aunque en los últimos tiempos debe aplicar la subida de impuestos. Hasta ahora la dependencia de Irlanda de las multinacionales era aproximadamente el 32% de todos los puestos de trabajo allí fueron en multinacionales y esos trabajadores suponen el 49% de todos los impuestos sobre el empleo. No son buenos tiempos para los irlandeses.

 

Quizás para retar al gobierno de España, Pere Aragonés se ha reunido con la presidenta del Sinn Féin, Mary McDonald, con foto incluida y rueda de prensa de los dos. McDonald, en una intervención de equilibrio, dijo que reconocería una hipotética Catalunya independiente si fuera el resultado de la voluntad democrática. Con esa declaración, Aragonés ya se ha quedado contento, como si la estrategia marcada le hubiera dado resultado. ¿Será así?. No. Como contrapartida, el café irlandés, o el whisky que se ha bebido se le habrá atragantado con los resultados del CEO que no son para echar cohetes y deberían preocuparle, porque según dicen “las personas son lo primero”.


 

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