El fichaje de Seferovic fue un jarro de agua fría para la grada, que esperaba un esfuerzo mayor del club para reforzar al equipo de Carvalhal. 

 

El distanciamiento entre la masa social y la dirección de la entidad viguesa es cada vez mayor, mientras los resultados en el campo, pese a la victoria ante el Athletic, no transumtan un ambiente enrarecido. 

 

Seferovic rc celts

 

Hubo un tiempo, no hace mucho, que el Celta de Vigo cerraba los mercados de fichajes como protagonista. Bajo la dirección deportiva de Felipe Miñambres el club celeste hizo algunas de las contrataciones más audaces de los últimos años. Se corrieron riesgos y hubo apuestas fallidas, como los casos de Hjulsager, Jensen o Emre Mor, pero también grandes aciertos, como Lobotka o Maxi Gómez, futbolistas que se escaparon al radar de los grandes y ofrecieron un rendimiento tremendo en el campo, dejando un muy buen resultado económico. Sin embargo, se hizo un trabajo especial por dotar de identidad al equipo olívico y devolverle parte de la esencia perdida, y un ejemplo fue la temporada 2019/20, cuando se hizo un gran esfuerzo por repescar futbolistas de la casa.

 

En ese curso se contrató a Denis Suárez, un talento fugado cuando todavía era un adolescente, pero también a Rafinha, que volvió a Vigo a préstamo tras una exitosa primera experiencia, como Pape Cheikh, en su momento una venta de récord para un canterano, y también regresaron a Balaídos Santi Mina y Nolito, dos ventas obligadas en su día y que ahora volvían a vestir la zamarra celeste. Un salto de calidad con fichajes ilusionantes que unificaron a la afición y que hicieron pensar que el futuro celtiña iba a pasar de nuevo por Europa y no por pelear por la salvación.

 

Por diversos motivos, no queda ni uno solo de estos fichajes en Vigo. La pandemia y la crisis sanitaria no ayudaron al progreso del club, pero muchas salidas no responden a estos condicionantes. Enfrentamientos con la directiva en el caso de Denis, la imposibilidad de asumir su caché si hablamos de Rafinha, un muy bajo rendimiento si nos referimos a Pape Cheikh... La edad y los escándalos extradeportivos, respectivamente, acabaron con la etapa de Nolito y Santi Mina. Pero nunca más se hizo una apuesta tan clara y decidida por gente de la casa, y la cesión de Rubén Blanco o la situación de Hugo Mallo tampoco ayudan a mejorar el escenario.

 

DESENGAÑO CON SEFEROVIC

Este mercado de enero deja muy señalada a la cúpula de A Sede. La salida de Denis evidencia el fracaso del proyecto y la contratación de Seferovic parece un parche de última hora para tapar una desastrosa planificación deportiva que deja muchos huecos sin cubrir y precisamente una nómina de atacantes excesiva para un equipo que ha visto muy poca portería este año y que, una vez más, se encomienda al talento de Iago Aspas, de 35 años, para no pasar apuros, si bien todo hace indicar que volverán a penar por huir de la zona baja.

 

La salida de Coudet y la contratación de Carvalhal no han enderezado el rumbo de un equipo que tuvo en verano como fichaje más destacado el de Luís Campos, el asesor de Carlos Mouriño y verdadero constructor de este Celta, que compagina sus tareas en Vigo con la responsabilidad de aconsejar a un gigante como el PSG

 

Ni en Francia ni en España parece estar acertando un hombre considerado como todo un descubridor de talentos, pero cuyas últimas apuestas han sido fallidas, salvo con las excepciones de Mingueza y Marchesín, los que mejor rendimiento han dado, si bien Luca de la Torre, a medida que gana minutos, va cogiendo más peso en el juego vigués. 

 

LUÍS CAMPOS SEÑALADO

La afición de Balaídos discute el modelo actual y cuestiona la figura de Campos, que no ha mejorado lo que ya había después de una serie de desembolsos millonarios, como en el caso de Williot Swedberg, un futbolista salido del fútbol sueco, de apenas 18 años, sobre el que se depositaron muchas esperanzas pese a su edad y por el que se pagó cerca de 6 millones de euros. 33 minutos en lo que va de liga es todo cuanto se conoce de este joven talento

 

La hinchada teme que sin sangre nueva la tendencia siga siendo negativa, pese a los tres puntos conquistados el pasado fin de semana. Lo peor es el cada vez más evidente distanciamiento entre los deseos de los incondicionales y la respuesta del palco. Si no mejoran los resultados, pronto podrían empezar a sacar los pañuelos y buscar explicaciones. En el campo tienen que encontrar las respuestas y la ilusión que no han encontrado en el mercado de enero. 

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