Las instalaciones fueron clausuradas en 2018 por la alcaldesa, María Teresa Barge Bello, que comprometió una inversión de 64.000 euros para rehabilitar el centro en un proyecto del que nada se sabe.
El BNG denuncia el estado del edificio, con plantas silvestres en el interior del geriátrico, sus alrededores abandonados y totalmente deteriorado.
La residencia de A Bola ha vivido momentos mejores. Se trata de un centro que estuvo activo durante cinco años y que en 2018 echó el candado bajo el gobierno del PP en un episodio en el la alcaldesa del municipio auriense acudió acompañada por la benemérita para "desalojar a la concesionaria", como relatan desde O Bloque. Más de cuatro años después la naturaleza se ha comido las instalaciones y ha echado raíces en sus baldosas, en sus cristales y en su mobiliario.
Según la denuncia de la fuerza nacionalista, el abandono es consecuencia directa del "Gobierno municipal más descuidado de la historia" y de su alcaldesa, la popular María Teresa Barge Bello, una regidora "agotada, sin fuerzas ni ideas".
El edificio es "espejo" de la corporación municipal, según el BNG, que trasladado sus cuestiones en muchas ocasiones sobre cuándo va a iniciarse el proceso de rehabilitación para poner de nuevo en funcionamiento las instalaciones. "La estrategia de la alcaldesa en este asunto es la misma que en cualquier otro: echar las culpas a otros y aplazar las soluciones", reprochan.
La residencia necesita una remodelación completa a la vista de las pruebas presentadas por el grupo nacionalista, que considera esta "una historia de abandono, de dinero que se pierden y una concesión hecha a las prisas y llena de promesas aún sin concretar".
PROMESAS INCUMPLIDAS
"En marzo de 2021, la alcaldesa llevó a pleno una inversión de 64.000 euros destinados en principio a hacer obras en la residencia bajo el epígrafe 'Proyecto de legalización y final de obras en la residencia'. Nada se sabe de esas obras y de los 64.000 euros. El estado es el que es, y a día de hoy el BNG no tiene constancia de que en estos dos últimos años se haya hecho nada allí", denuncian.
Eso no impidió que el pasado año se diese la concesión a Consultorio Médico San Rosendo S.L. "para la rehabilitación y futura gestión del centro" con el compromiso de alcanzar las 48 plazas en el centro y tenerla lista y funcionando en seis meses.
En el primer mes de 2023 la residencia sigue vacía, llena de vegetación, deteriorándose y rodeada del misterio de a dónde fueron a parar los 64.000 euros comprometidos por el Concello da Bola. "Y la alcaldesa esperando a las elecciones para mover un dedo", censura el BNG.