La Audiencia Provincial de A Coruña ha impuesto penas que oscilan entre los 11 y los 6 años de cárcel para los ocho acusados de secuestrar a un maderero de Cambre en la localidad de Aranga, en enero de 2014.
Fiscalía y acusación particular pedían diez años de prisión por el delito de secuestro para todos ellos, a lo que el Ministerio Público había sumado penas de otros tres años de prisión para cinco acusados por tenencia ilícita de armas.
En su sentencia, la Audiencia coruñesa considera a varios acusados como "autores directos y personales criminalmente responsables" de un delito de secuestro. Por ello, les impone una pena de nueve años de prisión y, a algunos de ellos, les suma también una pena de dos años y seis meses de cárcel por un delito de tenencia ilícita de armas.
Asimismo, al matrimonio integrado por Miguel Martínez Cuadrado y Esther Silva Taboada -en cuyo cobertizo mantuvieron al empresario hasta su liberación por la Guardia Civil- les considera "cooperadores necesarios" del delito de secuestro. Por este motivo, les impone una pena de seis años, seis meses y un día de prisión.
Los seis primeros procesados no podrán, además, acercarse al empresario, Abel D.N., durante un período de 18 años, mientras que, en el caso del matrimonio, la prohibición es por 13 años. También deberán indemnizar a su víctima con la suma de 200.000 euros.
Entre otros aspectos, la sentencia rechaza la posibilidad alegada por los condenados de que el empresario pudiese huir, dada que "la constante vigilancia del encierro" por parte de los procesados, "que se turnaban en ello", lo aislado del lugar donde permaneció secuestrado y "el desconocimiento del terreno" por parte de la víctima.
Por otra parte, el fallo remarca que los procesados "eran responsables de vigilar el encierro" y que pudieron liberar al secuestrado "con suma sencillez en múltiples ocasiones". "Y si no lo hicieron, fue porque su voluntad era la de mantener ese encierro", apunta la sentencia. En total, el empresario permaneció encerrado durante seis días en un cobertizo de una finca de Lalín (Pontevedra) y los secuestradores llegaron a pedir un rescate a su mujer.