El Gaiás pese a haber costado 300 millones y a pesar de que fue inaugurado en septiembre del 2012, pasará ahora más de un año entre andamios, sometido a una profunda revisión por riesgo de desprendimiento de parte de las fachadas.
Un peligro que los gestores de la Ciudad de la Cultura atribuyen a defectos de ejecución del proyecto, no a fallos en los planos del arquitecto estadounidense Peter Eisenman, quien, se ha embolsado 9.672.066 euros por el proyecto arquitéctonico.
La Xunta comunicó que se disponía a iniciar en el recinto obras «para mellorar a suxeición da cuarcita que reviste os exteriores» de los inmuebles. Una comprobación que ha terminado en una revisión de cerca de 70.000 a 85.000 piezas que componen las fachadas del Gaiás y que están siendo desmontadas y vueltas a colocar en mejores condiciones.
Estos trabajos han ocasionado que tres de los cuatro bloques del complejo acumulen ya siete meses tapados parcialmente por andamiaje visible incluso desde el centro de Santiago. Los trabajos en los dos primeros concluirán en julio o agosto, mientras que en el tercero se prolongarán hasta septiembre en su cara principal y hasta finales del 2016 o principios del 2017 en la trasera, de acuerdo con el cronograma de actuaciones que maneja la Administración gallega.