En el marco del 'Día de la Mujer en el rural', el Grupo Lence ha realizado un estudio, con la participación de distintas mujeres del sector, para conocer mejor los problemas y retos que asumen.
La falta de mano de obra, la ausencia de relevo generacional o la promoción del rural solo como destino turístico son algunas de las conclusiones de este informe.
Mucho más que turismo rural y la muerte lenta del sector agrícola son los fantasmas que acosan a las mujeres del rural. Así lo desgranan desde el Grupo Lence, con motivo del 'Día de la Mujer en el rural', a raíz de un estudio propio con el que ponen el foco en el papel de las mujeres del sector lácteo. Las preocupaciones e inquietudes son en las que se centra la compañía lechera para tratar de tener una percepción más ajustada.
“Las mujeres tenemos que hacernos respetar y debemos tener nuestro lugar en el sector lácteo o en cualquier ámbito, y eso hace que ahora ya no se notan tanto las desigualdades”, valoró una de las participantes del estudio, que permite ver un ligero cambio de fuerzas a medida que las mujeres han ido entrando en el negocio: “Ahora ya no se pregunta por el jefe”.
Y si hay una empresa que conoce bien ese cambio de roles y la importancia de la familia es el Grupo Lence, con Carmen Lence ahora en la presidencia. “Un aspecto clave es que nos quedamos sin servicios en el rural, lo que hace la vida más difícil y nos empuja a ir a las grandes ciudades para casi todo: ir al médico, a la compra, a pagar impuestos... Esto lo notan sobre todo las mujeres, las que asumen más carga familiar”, reflexionaba Carmen Lence para este medio sobre la sangría del rural.
“Hay pocas mujeres titulares de ganaderías. Por eso entiendo que si yo tengo visibilidad tengo la responsabilidad de contar esta historia. Siempre se habla de la diferencia de género refiriéndose a las mujeres que trabajan en empresas, pero se olvida una realidad tan importante para todos como el rural y la mujer del rural. Si el rural no sobrevive tenemos todos un problema”, apostillaba.
EL RURAL, ALGO MÁS QUE "VACACIONES"
En esa línea, en el documento también hay espacio para denunciar la “imagen de aislamiento del rural”. “Hay que cambiarla”, coinciden las participantes, que sin embargo inciden en la importancia de mantener servicios y aumentarlos. Así, reivindican potenciar el rural como una opción para trabajar y vivir como receta para frenar la despoblación y no “venderlo” exclusivamente como destino vacacional.
“Ahora el rural se está vendiendo para las vacaciones, pero tenemos que potenciarlo como espacio de trabajo y como oportunidad de contribuir a la economía local y a la supervivencia del sector”. Por otra banda, en lo referido a la sostenibilidad del sector, las voces del informe destacan que es necesario “invertir y seguir creciendo”, pero que “la falta de mano de obra” complica el avance.
"ACERCARLO A LA SOCIEDAD"
Para sostener al rural son capitales las administraciones públicas y el apoyo que reciban los negocios, que se enfrentan a demasiadas “trabas administrativas” en un momento en el que “el número de granjas va a menos” en un contexto de inflación, encarecimiento de las materias primas y crisis energética. De hecho, muy ligado a esto está la tecnología que “ha cambiado el tipo de labores, haciendo el trabajo más llevadero” y modernizando y automatizando muchas explotaciones.
“Que el sector sea atractivo para las nuevas generaciones es responsabilidad de los que están ahora gestionando los negocios”, consideran. “Tenemos que acercarlo al resto de la sociedad para poder contar con más mano de obra y así poder invertir y seguir ampliando los negocios. Hay que visibilizar las potencialidades del rural”, sentencian.