La multinacional que financia el intento de reapertura de la mina de Touro no ceja en su empeño de lograr el visto bueno de las autoridades.
Para convencer de su “buena fe” en Galicia, Atalaya Mining promueve la apertura de una planta para el tratamiento de agua ácida.
El macroproyecto minero de Touro está más vivo que nunca, o eso se empeñan en vender desde la empresa Atalaya Mining, la verdadera promotora de un proyecto que no ha logrado el visto bueno de las administraciones pero que sigue coleando después de meses de carpetazos institucionales, sumado a los cambios importantes en su capital tras el adiós de XGC, uno de sus principales apoyos económicos.
Los resultados semestrales publicados por Atalaya vuelven a la carga con la idea de sacar adelante la explotación de Touro, que cuenta con una gran oposición vecinal y de los grupos ecologistas de la zona.
“Atalaya sigue plenamente comprometida con el desarrollo del proyecto de cobre Touro en Galicia, que podría convertirse en una nueva fuente de producción de cobre para Europa. La compañía continúa interactuando con las muchas partes interesadas en la región antes de sus planes para presentar un nuevo diseño de proyecto”, destaca el informe. Así, Atalaya intenta convencer a sus socios y accionistas de que el plan sigue en el aire y que desde la entidad están trabajando para lograr la luz verde.
De esta forma, la firma subraya que siguen convencidos de que su “enfoque” para Touro será sostenible, con nuevos instrumentos aprobados internacionalmente y que “cumplirá con las condiciones ambientales más estrictas que puedan imponer las autoridades”.
PLANTA DE TRATAMIENTO
En la misma línea, Atalaya trata de sentar las bases de su nuevo proyecto “limpiando” el terreno de la antigua mina. Por ello, ha puesto en marcha una “nueva planta de tratamiento de agua ácida” con el fin de abordar “los problemas heredados” y el daño ecológico de la antigua mina.
“La construcción de la planta estaba contemplada en la propuesta original del proyecto, pero Atalaya se ofreció como voluntaria para solucionar los problemas históricos de agua ácida antes de presentar el Estudio de Impacto Ambiental para demostrar su filosofía operativa y los beneficios de los sistemas operativos modernos”, reza su informe.