La exposición de los ojos tanto al agua de mar  como al agua de la piscina  están entre las principales causas de enfermedades oculares en el estío. Así lo afirma la doctora Mercè Guarro, del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Sagrat Cor. 

 

Nadador en la Triple Corona Illas Atlánticas  Laureano Freire y Manuel Parada

 

 

La exposición reiterada de los ojos al cloro, la sal y otros elementos que contiene el agua del mar o de las piscinas pueden causar distintas patologías como la irritación ocular, vonjuntivitis infecciosa, visión borrosa o, con mala suerte, una picadura de medusa. Para evitar sorpresas desagradables, la citada oftalmóloga recomienda una serie de consejos o buenas prácticas:

 

  • Secarse sí, pero no frotar los ojos en exceso.
  • Utilizar gafas de buceo homologadas que cumplan las siguientes condiciones: se adaptan al contorno del ojo para evitar la entrada de agua, disponen de filtro de protección ultravioleta (UV), sistema antivaho para evitar el empañamiento, referencias CE e ISO.
  • No abrir los ojos bajo el agua, tanto en el mar como en las piscinas.  
  • Jamás use lentes de contacto bajo el agua ya que esto aumenta considerablemente el riesgo de infección. 
  • Es mejor ducharse antes de entrar al mar o al agua de la piscina para eliminar cualquier rastro de protector solar y otros productos que puedan reaccionar con el cloro. También a la salida, para evitar restos de cloro os al.

 

Hay que razonar y ser prudentes. Si cuando vamos a la playa o a la piscina solemos utilizar crema, gorros, y gafas de sol para protegernos del sol. ¿Por qué proteger nuestros ojos del agua?  

 

 

 

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