El caboverdiano cuajó una final histórica con un doble-doble: 25 puntos y 13 rebotes para liquidar al Barça.
Contra pronóstico, los de Pablo Laso, todavía convaleciente, se llevaron el título de la ACB en el cuarto partido.
Era una final y Eddy Tavares actuó como tal. El gigante de Cabo Verde, apoyado por un sensacional Causeur, dejó el campeonato de la ACB en Madrid, sin opción de que el Barça forzase el quinto y definitivo partido. Con el 81-74 final, los blancos amarraron una liga que se le resistía en los últimos años.
El equipo de Jasikevicius fue siempre a remolque de los capitalinos, que dominaron la serie desde el primer partido con un entramado defensivo que secó al Barça pese a sus numerosas bajas. Aunque necesitados de una reconstrucción este verano, los vikingos demostraron ser capaces de sobreponerse a la adversidad justo cuando parecían abocados a un año nefasto.
Causeur mató a los azulgranas en los minutos finales con un triple y un 2+1 que mandó a los catalanes a la lona. Mirotic, Calathes y un sobervio Dante Exum -cada vez más inexplicable su ausencia en los dos primeros partidos en detrimento de Nigel Hayes o un hoy desaparecido y falto de ritmo Cory Higgins- fueron de los pocos que dieron la cara en un Barça que, una vez más, se la pega en el momento decisivo.