Los 2 parques que Iberdrola planea frente a la costa norte de Galicia son solo una avanzadilla. Algo que en Galicia creará mucha polémica debido al impacto en la pesca.





La intención del Gobierno de España es empezar a apostar por la energía renovable en los próximos años. Es por eso que el Ejecutivo comandado por Pedro Sánchez, tiene la intención de desarrollar entre 15 y 17 parques eólicos flotantes en el mar al terminar esta década. Para ello, necesita desarrollar una tecnología incipiente en la que es líder y que esto le puede abrir mercados en todo el mundo. A pesar de que España lidera en la generación de energía eólica terrestre, aún no ha apostado por la otra variante. 


España nunca se ha llegado a subir al tren de la eólica marina debido fundamentalmente a una cuestión física: las aguas territoriales españolas son muy profundas y esta tecnología necesita de una cimentación fija, algo que resulta imposible a partir de los 50 metros de profundidad. Pero la eólica flotante, que no tiene esos requerimientos, se está abriendo camino y el Gobierno aspira a convertirse en el referente europeo de esta tecnología. La eólica flotante ha sido la gran promesa de futuro del "Wind Europe", el congreso más importante del sector que se ha celebrado esta semana en Barakaldo


El Consejo de Ministros aprobó el 10 de diciembre del 2021 la hoja de ruta para el “desarrollo de la eólica marina y de las energías del mar en España”. Esta estrategia, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica pone especial atención en la tecnología flotante. El Ejecutivo aspira a que en 2030 el país cuente con entre 1 y 3 gigavatios (GW) de esta renovable, lo que supondría que en el mejor de los escenarios el 40% de toda la potencia instalada en la UE a finales de esta década estaría en España, según los planes que tienen las instituciones europeas. 


Con la potencia que se espera de los aerogeneradores marinos en 2028-2029, de 15 megas por máquina, suponen 15-17 parques con 15-17 aerogeneradores cada uno. España tiene siete mil kilómetros de costa, por lo que podrán dispersarse. Es muy importante desarrollar un mercado local español mínimo, que haga de "efecto tractor" sobre toda la cadena de valor de la eólica flotante.


España es el primer desarrollador de prototipos del mundo. De las trece instalaciones flotantes de prueba que hay actualmente, once han sido fabricadas por empresas españolas. En las costas españolas hay prototipos en Gran Canaria y en Bizkaia. Las soluciones que se están probando para que los molinos floten son variadas: desde la llamada "spar" (espárrago), una orza de 60 metros de acero y hormigón en vertical que estabiliza el aerogenerador, hasta una torre telescópica de hormigón del proyecto canario Eliza.


Los aerogeneradores flotantes se construyen en el puerto y se llevan flotando a su destino, mientras que los fijos se tienen que construir en el mar, lo que requiere más complejidad, con grúas enormes. Una vez instalados mar adentro, la generación es mucho mayor que su equivalente en tierra, porque el viento es más fuerte y más estable. Además, el impacto visual es mínimo, ya que están alejados de la costa, y solo hay un propietario del "suelo": el Estado.


Uno de los aspectos que más hecha para atrás a la hora de apostar por este tipo de energia eólica es que la tramitación de los parques tarda unos seis años. La declaración medioambiental es más complicada que en tierra, porque hay un conocimiento menor de los efectos que generan en el medio marino, y porque hay que compartir el mar, buscando lugares que no perjudiquen a los pescadores y que no interfieran en las rutas marítimas.


El primer paso a tomar será aprobar los planes de ordenación del espacio marino, para así poder fijar los posibles emplazamientos y regular la coexistencia con otras actividades. Esta previsto que esté listo para este mismo trimestre. Posteriormente y después se realizará la convocatoria de la primera subasta, que es posible que se pueda anunciar a finales de año y su convocatoria en el primer trimestre del 2023. 


Las tres cuestiones que presentará la subasta serán las siguientes: La reserva de la zona, para así poder hacer las prubeas y las mediciones oportundas; saber cómo se garantiza el acceso y la conexión a la red eléctrica para cuando el parque empiece a funcionar, y un régimen retributivo. Esto significa que se deberá fijar la contraprestación que recibe la empresa promotra por que megavatio que se vaya a producir. El objetivo será tener todo listo en 2028-2029. 


Además de la energía eólica, la hoja de ruta contempla también el impulso a otras tecnologías renovables ligadas al mar. Y prevé que de aquí a 2030 se instalen hasta 60 megavatios (MW) de otras energías todavía en fase precomercial, como las que aprovechan la fuerza de las olas y las mareas.


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