El gallego, por edad y proyección, es uno de los pocos jugadores que parecen intocables en el futuro proyecto blanco.
Alberto Abalde | Foto: EP
El Real Madrid vive horas oscuras, muy oscuras. El equipo blanco ha comenzado este 2022 con registros nunca antes vistos desde la llegada de Pablo Laso al banquillo del Palacio de los Deportes y en la cúpula del club sopesan la opción de cesarlo. Borrón y cuenta nueva en un Madrid perdido, que ya se ha despedido de la Copa del Rey ante el eterno rival y que, con esta deriva, tiene muy difícil levantar algún título este curso.
Lidera la ACB, pero con tres partidos más que el Barça, al que le separan dos victorias de la cabeza de la tabla. Los azulgranas son la bestia negra de un equipo que suma tres derrotas seguidas y que cuenta por derrotas sus últimos cuatro partidos ligueros en casa. Su tres últimos partidos en Europa también concluyeron con estrépito, especialmente la última ante Zalgiris, donde no superó la marca de 50 puntos, quedándose en unos paupérrimos 47 tantos.
La derrota ante Baskonia este domingo, cuando podían despegarse de un Barcelona que pinchó ante el Valencia, es la gota que colmó el vaso de los vikingos. “La situación es jodida”, reconoce un desnortado Pablo Laso, incapaz de levantar a un vestuario envejecido y con demasiadas vacas sagradas.
Las lesiones también han lastrado al equipo blanco, que deberá afrontar una renovación completa. Llull y Rudy Fernández tienen 34 y 36 años. Ya lo han dado todo por el club y sus mejores años en el baloncesto han quedado atrás. Los fichajes de Hanga y Heurtel, más allá de proceder del enemigo número uno, dejan muchas dudas. Los dos tienen 32 años y no han ofrecido el nivel esperado. Con 32 años también emergen Randolph y Taylor, que parecen llamados a abandonar la casa blanca.
Solo el gallego Alberto Abalde parece el único intocable entre los españoles. Tavares, Yabusele o Deck también podrían tener hueco en el Real Madrid del futuro, amén de canteranos como Alocén, castigado por las lesiones, o el jovencísimo Ndiaye, que todavía no ha cumplido la mayoría de edad.
Contrasta con la plantilla que dirige Sarunas Jasikevicius, joven y hambrienta, con promesas como Nnaji o Rokas Jokubaitis brillando a buen nivel. El Madrid tiene mucho trabajo por delante si quiere volver a gobernar en el baloncesto nacional.