El Estatuto de Autonomía y los estatutos del PP condicionan las opciones de Feijóo para escoger relevo en un PPdeG en el que nadie se atreve a moverse, pero en el que todos especulan sobre quien será su nuevo líder. Si finalmente hay nuevo líder, claro.
Alberto Nuñez Feijóo deberá abandonar la presidencia del PP de Galicia si finalmente, como todo parece indicar, consigue presidir el PP de España. Así lo marcan los estatutos del partido.
Por lo tanto, como muy tarde, Feijóo debería dejar el timón del PPdeG a principios de abril. Esas es la fecha límite si se cumple el calendario pactado por los barones regionales para el adiós definitivo a Pablo Casado. Calendario que se debe hacer oficial el martes, día en el que Feijóo puede hacer oficial su marcha.
Esto deja al PPdeG un margen de a penas un mes para escoger y nombrar nuevo presidente. Como el PPdeG es una formación muy presidencialista, parece imposible una bicefalia. Por lo tanto, quien lidere el partido debería ser el presidente de la Xunta y el próximo cabeza de cartel.
42 DIPUTADOS PERO SOLO 4 CANDIDATOS POSIBLES
No hay, pues, mucho tiempo para movimientos internos. Teniendo en cuenta que el Estatuto de Autonomía obliga a que el presidente de la Xunta sea diputado autonómico, el sucesor de Feijóo debe salir de uno de los 42 escaños en el Pazo do Hórreo.
De esos 42, solo hay cuatro, en teoría, con trayectoria política y peso interno suficiente para asumir la presidencia de la Xunta: Alfonso Rueda, Francisco Conde, Diego Calvo y Pedro Puy.
Cuatro nombres que, en realidad, son una terna. Pedro Puy Fraga, sobrino de Fraga, jamás ocupó responsabilidades de gobierno. Su papel siempre ha sido la de ofrecer la cara más liberal de los conservadores en el Parlamento. Aunque es una político muy en sintonía con la ideología de Feijóo, carece de una influencia importante en la vida orgánica del PPdeG. Es, por lo tanto, quienen principio tiene menos opciones.
De la terna de Rueda, Conde y Calvo, el vicepresidente primero y conselleiro de Presidencia es el obvio favorito. Al fin y al cabo, Alfonso Rueda Valenzuela es el eterno escudero de Feijóo, incluso cuando estaban en la oposición.
Lo nombró vicepresidente en 2012 y sigue siendo su mano derecha. En él ha confiado siempre para bailar con la más fea, por ejemplo para lidiar con los hosteleros en esta pandemia. Tiene, además, un peso político muy grande, reforzado cuando Feijóo lo escogió para la delicada tarea de suceder al cuestionado Rafael Louzán para liderar el PP de Pontevedra.
Con todo, la entronización de Rueda no se puede dar por segura, por varios motivos. En primer lugar, Feijóo jamás ha mandado una señal inequívoca de que Rueda es el elegido y tiempo ha tenido para ello en 11 años de mandato.
Tal reluctancia puede ser enmarcada en su estilo personalista, de un presidente que absorbe todo el protagonismo, sobre todo para dar las buenas noticias, y prefiere colaboradores de perfil técnico, que son los que se embarran y desgastan en solventar los conflictos sectoriales.
Con todo, el ascenso de Francisco Conde López a una vicepresidencia en 202o se interpretó en algunos círculos como un retroceso en el status de Rueda. Si en la última gran revolución de conselleiros Rueda perdió peso, Conde lo ganó. Eso es lo que lo ha convertido en uno de los nombres que suenan para la sucesión.
A favor del vicepresidente segundo juega su estrecha relación personal con Feijóo, que le ha ido dando más y más responsabilidades. Empezó en 2009 como asesor del presidente, en 2012 lo nombró conselleiro de Economía e Industria, en 2015 asumió las competencias de Empleo y en 2020 lo convirtió en el tercero del escalafón de San Caetano.
La candidatura de Conde, con todo, presenta varios puntos débiles. Al igual que Puy, su perfil es más el de un colaborador técnico que el de un mandatario con iniciativa y peso político en el PPdeG. Conde carece de la experiencia en la fontanería interna que le sobra a Rueda.
Además es responsable de un sector, el industrial, sitiado por múltiples crisis en las que el balance para Galicia en los últimos años es malo. Alcoa o Barreras, por citar algunas. Conde también fue pieza clave en el desembargo de Pemex, que acabó en fiasco.
¿Podría ser el elegido Diego Calvo Pouso entonces? Feijóo tiene mucha confianza en el diputado coruñés. Su nombre incluso sonó en Galicia para marcharse a Génova como una especie de número 2 del partido en España que se encargase de cerrar las heridas internas . A favor de Calvo juega, además, que sí tiene experiencia en manejar los circuitos internos del PPdeG, pues el presidente provincial de A Coruña.
Calvo también cuenta la ventaja de provenir de ese PP urbanita, conservador y coruñés que lideró en su día Romay Beccaría, quien fue el que ungió a Feijóo como sucesor de Fraga. En su contra juega una evidencia; en más de una década en el poder Feijóo jamás lo ha escogido para tener responsabilidad importantes en la Xunta.
¿PODRÍA SEGUIR FEIJÓO COMO PRESIDENTE DE LA XUNTA?
Rueda, es por lo tanto, el gran favorito de un proceso que debería abrirse oficialmente el martes, cuando se estima que Feijóo, por fin, haga oficial su candidatura a competir por la presidencia estatal en el Congreso Extraordinario de dentro de un mes.
Mientras el líder no hable, en el PPdeG manda la ley del silencio. Nadie ha abierto la boca para señalar su preferencia por tal o cual sucesor. Entre otras cosas, porque no es la primera vez que Feijóo los sorprende a última hora.
Sin embargo, la situación ahora es diferente que cuando renunció a competir con Casado, Cospedal y Saez de Santamaría. Los cargos del PPdeG tienen asumido ya que Feijóo, sin ningún rival relevante, va rumbo a Génova y después a competir por La Moncloa. Todo el mundo está a la espera de que el dedo del presidente designe al nuevo líder.
El secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, lo reflejó entre líneas hoy responder a una pregunta sobre la probable marcha de Feijóo diciendo que "estamos preparados porque el PP tiene un proyecto de país que tiene que salir rearmado para hacer frente al nacionalismo aoy al populismo, como por cierto ya hicimos en Galicia". Si se trata de trasladar a España el modelo de la Xunta y apostar por el continuismo en casa, Rueda sería la opción lógica, entre otras cosas porque es la cara más conocida entre los gallegos.
¿Puede Rueda heredar el tirón electoral de Feijóo y su indiscutible autoridad entre la militancia? Esa es la gran pregunta que se hacen en el PPdeG, donde algunos tienen dudas vistos los mediocres resultados del partido en la provincia de Pontevedra en las últimas citas electorales. Solo en las autonómicas, con Feijóo casi monopolizando el cartel y las siglas del partido escondidas, consiguieron derrotar allí al PSdeG.
Fisuras en el dominio electoral que la oposición se ve con fuerzas para expandir con un PPdeG huérfano de líder.
LA OPOSICIÓN METE PRISA
La portavoz del Bloque ha asegurado hoy que tienen la "certeza" de poder desbancar al PPdeG y de ahí que Feijóo no sea capaz de hacer oficial su salida. Una marcha que le reclaman confirme ya. "Galicia no puede ser la sala de espera de sus ambiciones personales e intereses partidistas", dijo hoy Ana Pontón. Los socialistas gallegos también lo prefieren fuera de la Xunta y esta semana su líder Valentín González Formoso le recordó que Galicia no se merece un presidente a medias, por si mantenía la ambición de liderar el PP, seguir en la Xunta y poner un colaborador estrecho nominalmente al timón del PPdeG.
Hipótesis que, visto el silencio de Feijóo, tampoco se puede descartar, aunque parece imposible, dado que el presidente del PP de España debe viajar continuamente por el Estado. Sería muy sorprendente algo así; pero también fue muy sorprendente que Feijóo renunciase a competir por la sucesión de Rajoy, cuando el partido estaba más fuerte que ahora, cercado por el "colapso" interno -término usado por Feijóo- y el avance de Vox. Para justificar su decisión entones argumentó, al borde del llanto, que presidir Galicia era su máximo sueño.
Aquel "Galicia, Galicia, Galicia" que elevó a slogan electoral y que ahora le hecha en cara la oposición. Aquel "Galicia, Galicia, Galicia" que nadie en el PPdeG se atreve a descartar que no vuelva a resonar el martes.
Captura del vídeo electoral de Feijóo en 2020 con el "Galicia Galicia Galicia" que proclamó cuando dijo que no se marchaba a Madrid y reconvirtió en su slogan electoral