La Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS denuncia la experiencia que vivió J.A.C.R, un paciente oncológico que estuvo 48 horas en observación en el servicio de Urgencias.
El testimonio, que llegó a la plataforma gracias a la hija del afectado, es un nuevo ejemplo de la situación de crisis asistencial que viven muchos hospitales gallegos sin haber llegado al final de la sexta ola.
Colapso en Urgencias
La sexta ola todavía no ha tocado fondo. Decenas de personas mueren a la semana en Galicia consecuencia de la pandemia, mientras los profesionales sanitarios, al límite de sus fuerzas, denuncian la situación que atraviesan los hospitales gallegos. Un ejemplo de esto último se vivió el martes, con las protestas de Satse ante hospitales de A Coruña, Vigo y Ourense. La otra cara de la moneda, el efecto que sufren los pacientes directamente en sus carnes, la experimentó en sus carnes J.A.C.R, un enfermo de cáncer que tuvo que esperar más de dos días en el Hospital Clínico Universitario de Santiago para tener una cama.
Los hechos ocurrieron entre el 15 y el 17 de febrero, en el servicio de Urgencias del complejo compostelano y la denuncia a la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS llegó por medio de la hija del afectado, P.C.S.
"Mi padre, paciente oncológico, entró en urgencias la noche del martes al miércoles a las 5:30 de la madrugada. A las 11:30 horas del miércoles nos dicen que se queda ingresado, y para ello tiene que hacerse una PCR. Diez horas más tarde le dan el resultado de la PCR y lo llevan a observación donde solicitan una cama”, relata la hija del paciente.
No fue hasta el jueves a las 19 horas que le información de que había una cama disponible, pero a las 2:30 del viernes le comunicaron que esa cama había sido “asignada a otra persona”, que bien podría llevar esperando el mismo tiempo o más que J.A.C.R.
El viernes 17 seguí “en observación en una camilla”. “Esta situación es insostenible. Un paciente oncológico con insuficiencia respiratoria en una camilla tanto tiempo. Por fin, sobre las 19 horas del viernes, más de 44 horas después de entrar en observación, fue trasladado la planta hospitalaria", comenta.
INCUMPLIMIENTOS
“Nuevamente los servicios de urgencias del CHUS incumplen los estándares de calidad aprobados en el año 2016 por el Ministerio de Sanidad para las unidades de urgencias hospitalarias, que reiteradamente establecen que, siempre que el tiempo de permanencia en urgencias supere las 6 horas, el paciente deberá ser atendido en la sala de observación, debiendo permanecer en este lugar menos de 24 horas. Toda permanencia en los servicios de urgencias superior a 28 hora, es el síntoma de una deficiente calidad y de un tratamiento inadecuado de los pacientes ingresados”, critican desde la plataforma, al tiempo que apostilla que el área de observación “debe contar con camas y nunca debe utilizarse como subestación con pacientes que tengan orden de ingreso en planta, salvo que no existan camas disponibles”.
En la misma línea, inciden en que el enfermo de cáncer estuvo “en una camilla de observación y no en una cama” más de “44 horas, esperando por el ingreso hospitalario”. Todo esto supone para la Asociación una vulneración de los “estándares de calidad”, ya que la espera se produjo “sin que exista justificación alguna para esa demora ya que el nivel de ocupación de las camas, según la información del pulso del CHUS, era 60 por 100”.
“El paciente permaneció en urgencias un total de 61 horas, y la mayor parte del tiempo esperando por su traslado a planta”, lamentan, al tiempo que exigen a la dirección del centro que se respeten los criterios de calidad de los servicios de urgencias y que se pongan las camas a disposición de los pacientes en el tiempo y en el momento en que lo precisen”.
“Igualmente exigimos que sean apartados de sus cargos los directivos del servicio y de la gerencia que incumplen reiteradamente sus deberes con los pacientes que hacemos uso de las urgencias hospitalarias”, apostillan.
“Los responsables del servicio y la gerencia del CHUS, siguen utilizando las urgencias como un almacén de pacientes padeciendo condiciones materiales que no se ajustan a las que corresponden a una cama de planta hospitalaria. Mientras sufrimos el deterioro físico por las inadecuadas condiciones, nos obligan a ocupar espacios necesarios para otras personas graves, aparcados durante horas en los corredores de acceso padeciendo la vulneración del derecho a la intimidad y la dignidad y con amenaza de sanción al personal sanitario que haga valer el deber de auxilio y el cumplimiento del código deontológico de la organización médica colegial”, concluye la Asociación, en una clara alusión al expediente abierto contra la doctora Fátima Nercellas.