Si el 2022 va a ser el año de la inflación galopante y quienes nos dirigen continúan metidos en su laberinto, póngase a temblar, porque de ésta no salimos por falta de materia gris 



Como bien ha titulado la directora de este diario, el año 2021 nos ha traído tantas desgracias, que merece la pena que lo olvidemos pronto y solo lo mantengamos en “la nube”  como periodo infame para la sociedad española, por las desgracias colectivas que ha causado y que todos hemos tenido que soportar. Son tantos los factores que se han unido para causar tanto mal social e individual, que resulta difícil atribuir a uno solo de ellos la causa principal, aunque cada uno de nosotros seguramente dirigiríamos nuestra ira hacia algún culpable concreto y seguramente todos tendríamos razón. Y claro, con semejante panorama, no nos merece la pena perder el tiempo discutir las otras con los unos, y viceversa. Pasa como cuando nuestros padres políticos quisieron instaurar la Democracia partiendo de los Principios Fundamentales del Movimiento de la atroz Dictadura.


¿Entonces que se puede hacer para intentar salir adelante en el año que empieza? Pues miren, no sé bien que decirles, porque lo que se nos viene encima es un XXL tan enorme que nadie es capaz de hacer cuadrar este círculo en el que nos hemos metido. Somos un país en clara involución que va a sufrir en los próximos 12 meses la peor recisión de su historia, y lo que es peor con unos dirigentes políticos y sindicales incomparables a los Adolfo Suarez, Felipe González, Santiago Carrillo,Manuel Fraga, Nicolas Redondo, Marcelino Camacho, etcèra, etcètera y que teniéndolo bastante peor fueron capaces frente a la atroz inflación de entonces  negociar y firmar los históricos Pactos de la Moncloa. En ellos, todos perdieron algo de su capital partidista e ideológico, pero vistos ahora por la historia consiguieron con sus renuncias personales el mayor logro de sus respectivas carreras. Salvar el país e iniciar así la salida de un túnel económico tan tenebroso e inquietante como lo ha sido el Covid o el volcán de La Palma, que todavía siguen inquietándonos.


A mí, personalmente me preocupa mucho la falta de calidad democrática que padecemos, no solo por las malas decisiones que toma un gobierno enamorado perdidamente de su Presidente, sino también por la muy escasa cintura democrática de la oposición que no sabe pactar en nombre del bien común, aunque le resulte doloroso, como ya han hecho ejemplarmente Patronal y Sindicatos.


Si el 2022 va a ser el año de la inflación galopante y quienes nos dirigen continúan metidos en su laberinto, póngase a temblar, porque de ésta no salimos por falta de materia gris  de nuestra clase dirigente que sigue pensado que convocando elecciones cada seis meses o repartiendo entre los amigos los Presupuestos Generales de Estado se puede llegar a salvar la debacle que se nos viene encima y que solo ellos saben lo que le conviene al país.¡Dios santo!, ¿pero que hemos hecho para merecer este castigo?.

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