Pendientes del visto bueno del comité clínico, los hosteleros gallegos miden con cautela la nueva normativa que pretende aplicar la Xunta de Galicia con respecto a la actividad en el sector, que aguarda recuperar cierta normalidad.
Sergio Fernández, representante de la Plataforma da Hostelería Galega, explica para Galiciapress los motivos por los que el sector mira con recelo este nuevo protocolo del que todavía desconocen muchos detalles pero que viene a dar la razón a los hosteleros en una cosa: sus negocios son seguros -lo suficiente como para que sean ellos mismos los que decidan en qué nivel trabajar-.
Desde la organización demandan una solución para el ocio nocturno y que la Xunta abra el espectro a la hora de sentarse a negociar con miembros del sector, ya que hasta ahora las conversaciones son "sesgadas".
Sergio Fernández en un pasado acto de Hosfega
La hostelería está un poco más cerca de recuperar cierta normalidad. Un poco más cerca, pero todavía queda mucho camino. El nuevo protocolo anunciado por la Xunta contempla dos niveles en los que pueden operar los negocios hosteleros gallegos con independencia de la situación sanitaria del ayuntamiento en el que se encuentren.
La gran novedad será la capacidad de autogestión de la hostelería, ya que cada local elegirá en qué nivel quiere operar, si en uno más restrictivo o en el que se permite un mayor aforo y el uso de las barras, cumpliendo en todo caso una serie de obligaciones y medidas sanitarias.
Con todo, la Xunta deja la puerta abierta a que se puedan aplicar medidas conjuntas en caso de empeoramientos severos del contexto sanitario o cuando se detecten brotes asociados a la hostelería. Todo esto solo es el avance que ayer hizo la Xunta a la espera de conseguir la luz verde del comité clínico, que tendrá la última palabra en este protocolo que esperan se pueda aplicar este mismo mes.
Sergio Fernández, miembro de la Plataforma da Hostelería Galega, traslada la percepción del grueso del sector, que en estos momentos se encuentra “a la expectativa”. “Queremos conocer la letra pequeña, porque conocemos el protocolo solo a grandes rasgos y tenemos la incertidumbre de que esas medidas sean justas y puedan llegar a todo el sector”, afirman desde la plataforma.
Desde el sector confían en que las limitaciones que se puedan aplicar “sean lógicas y coherentes”, aunque en uno de los niveles el aforo exterior seguiría limitándose, algo que no contemplan los hosteleros sabedores de que a la crisis sanitaria “todavía tiene mucho recorrido”.
Sin embargo, con la llegada del otoño, las terrazas pasan a ser algo anecdótico con tantos días de lluvia como el de hoy. En ese sentido, la apertura de las barras, especialmente en locales de pequeñas dimensiones, se convierte en un elemento importantísimo para el sector.
RECUPERAR LA AUTONOMÍA; RECUPERAR HORARIOS
Tal vez el aspecto más controvertido de este protocolo sea la medida de dejar en manos de la hostelería el nivel en el que quieren trabajar. A muchos ciudadanos les resulta algo ilógico este cambio de rumbo, ya que viene a dar la razón en cierta medida a lo que llevan denunciando meses en el sector hosteleros desde hace año y medio: los negocios son espacios seguros, no focos de contagio.
“Es sorprendente que nos vengan ahora con esas. Pero nunca es tarde para entrar en razón y asumir lo que llevamos defendiendo durante casi dos años, que somos establecimientos seguros".
“Es sorprendente que nos vengan ahora con esas. Pero nunca es tarde para entrar en razón y asumir lo que llevamos defendiendo durante casi dos años, que somos establecimientos seguros. Pero el miedo en estos momentos es que estas nuevas pautas no traigan consigo más restricciones o medidas que muchos negocios no puedan cumplir bajo una pantalla de normalización de la actividad”, recalca Fernández.
Lo que no arregla el nuevo protocolo es la limitación horaria a la que sigue sujeta el sector, obligado a cerrar a la 01:00 horas -a las 03:00 horas en el caso del ocio nocturno-. “Es otro aspecto en el que hemos incidido estas semanas. Queremos saber cuándo recuperaremos el horario habitual de los establecimientos”, cuestiona.
A renglón seguido, Fernández recuerda que la limitación horaria provoca daños colaterales como botellones o fiestas privadas en entornos mucho menos seguros que la hostelería. Además, la limitación horaria provoca “concentraciones de personas” en determinadas zonas al echar el cierre todos los locales a la misma hora.
UNA REPRESENTATIVIDAD “SESGADA”
Pese a que la Xunta manifestó ayer que este protocolo había sido consensuado con el sector, algo que ya reiteró hace semanas con las nuevas medidas aprobadas después del varapalo de la Justicia sobre el certificado covid, desde la Plataforma da Hosteleria Galega vuelven a reprochar que esta representatividad “es sesgada”.
“Con quienes se sienta la Xunta no engloba a todo el sector ni a la mitad. Son asociaciones provinciales cuyo volumen de asociados es mínimo en comparación con la plataforma, que contamos con cerca de 5.000 empresas asociadas”, sostiene.
EL OCIO NOCTURNO SIGUE “AL LÍMITE”
Si bien este marco regulador puede ser un avance para recuperar la normalidad en la hostelería, todavía queda pendiente un protocolo para el ocio nocturno. El vicepresidente Alfonso Rueda y el conselleiro de Sanidade Julio García Comesaña mantuvieron ayer un encuentro con representantes del ocio nocturno de cara a establecer las bases de esta normativa que quieren tener preparada antes de que finalice el mes
"Vamos a ver si somos capaces de este mes llegar a un acuerdo y que el último trimestre del año puedan trabajar con cierta normalidad", reconoció Rueda ante los medios. De este protocolo la plataforma espera que cuente con una flexibilización de los horarios y los aforos, con una capacidad básica “que no baje nunca del 75%”.
“Tiene que ser viable económicamente para que pueda abrir la mayoría. Tiene que ser la solución a los botellones y masificaciones a las puertas de algunos locales porque hay mucha más demanda que oferta”, advierte Fernández, que teme que con el inicio del curso universitario, si se mantienen estas limitaciones sobre el ocio nocturno, se reproduzcan las fiestas en pisos y los botellones en parques y plazas. Solo en la capital gallega el 25% de los locales del ocio nocturno están abiertos, lo que provoca que muchos jóvenes se queden a las puertas del establecimiento sin poder acceder o decidan irse con la fiesta a otra parte. “La capacidad para coger a toda la gente que demanda ese ocio es imposible en estos momentos”, admite.
TEMPORADA DE VERANO
El ocio nocturno ha sido el más perjudicado este verano donde las cuentas de la hostelería son “positivas” después de un agosto en el que el turismo dejó buenos números. Sin embargo, para el ocio nocturno una temporada “catastrófica”.
“Con estas limitaciones prácticamente no llegó a abrir y su situación sigue siendo límite. Lo que fue un alivio para la restauración normal fue más de lo mismo para el ocio nocturno, que sigue igual desde el 1 de julio”, reprocha el sector.