"Una lección importante de COVID-19 es que incluso una caída colosal del transporte y el consumo no son suficientes y que, en cambio, se requieren cambios fundamentales en el sistema", afirma un artículo científico recién publicado y firmado por expertos de 34 estados.
Previsión de subida del mar en 2050 en O Grove, con A Lanzada bajo las aguas, en un estudio previo publicado por Nature
La crisis climática, esa amenaza que lleva años tratándose pero nunca se acaba de resolver, ha sido la causa común que ha reunido a 14.000 científicos representantes de 1.990 jurisdicciones en 34 países para emitir una advertencia común: las condiciones vitales de la Tierra están empeorando a un ritmo preocupante.
En un nuevo informe "World Scientists’ Warning of a Climate Emergency 2021 " publicado en la revista Bioscience, del American Institute of Biological Sciences, los expertos apuntan de una manera tajante que “nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre”.
Esto incluye, según los científicos, la afectación de capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia, los arrecifes de coral de aguas cálidas y la selva amazónica. “Dados estos acontecimientos alarmantes, necesitamos actualizaciones breves, frecuentes y de fácil acceso sobre la emergencia climática”, se resalta en el documento.
Una advertencia similar ya había sido lanzada hace tres años, cuando 11.258 científicos publicaron un informe en la misma revista BioScience, explicando la grave emergencia climática a la que nos estábamos enfrentando en aquel momento. Pero aunque haya pasado tiempo, las cosas parece que han cambiado más bien poco.
“Especialmente preocupante es el aumento de los desastres relacionados con el clima, incluidos los mega incendios australianos de 2019-20, y el hecho de que los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) establecieron récords de concentraciones atmosféricas en 2020 y nuevamente en 2021” ha dicho el ecologista de la Universidad de Sydney, Thomas Newsome.
UNA VISIÓN MÁS POLÍTICA
El nuevo informe ha incluido los nombres de los científicos que han declarado o reconocido formalmente una emergencia climática. Los mismos científicos son los que han anunciado que se tendría que dar un "enfoque político" a la situación para poder mitigar parte del daño que estamos haciendo a nuestro planeta.
Así, los investigadores sugieren un “enfoque político a corto plazo de tres frentes”: un precio global significativamente más alto del carbono, una eliminación mundial y eventual prohibición de los combustibles fósiles, y el desarrollo de reservas climáticas para proteger y restaurar la biodiversidad y los sumideros de carbono (como la selva amazónica).
"NO PODEMOS PERDER MÁS TIEMPO"
Los expertos del clima llevan años advirtiendo del peligro de la contaminación, del consumo acelerado de los recursos de la Tierra y del calentamiento global, entre otros efectos que acaban provocando el cambio climático.
Sin embargo, de poco han servido los avisos, ya que el uso desenfrenado de los combustibles fósiles y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, ha provocado que las temperaturas sigan creciendo.
Ahora, los científicos han vuelto a dar una "sentencia" y han afirmado en el informe que "no nos queda más tiempo que perder". “Sugerimos una necesidad urgente de un cambio transformador para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, en términos más generales, la sobreexplotación humana del planeta”, ha afirmado el ecologista de la Universidad de Sydney, Thomas Newsome.
“Todavía existen oportunidades para convertir las medidas de apoyo monetario relacionadas con la pandemia en actividades favorables al clima. Es alentador ver que la desinversión de combustibles fósiles y los subsidios a los combustibles fósiles mejoran de manera récord”, ha agregado.
LA ENERGÍA LIMPIA GANA FUERZA
No obstante, a pesar de que muchos de los puntos de referencia, como los cambios oceánicos, la cantidad de ganado y el deshielo, se encuentran en máximos históricos, también hay algunos destellos de esperanza.
Entre 2018 y 2021, la energía solar y eólica ha aumentado en un 57 por ciento (aunque sigue siendo 19 veces menor que el consumo de combustibles fósiles). Además, entre 2018 y 2021 ha habido un fuerte aumento en la desinversión de combustibles fósiles. Y desde 2019, también ha habido una pequeña disminución en el consumo de energía de combustibles fósiles, aunque los investigadores señalan que probablemente se deba a la pandemia y es probable que vuelva a aumentar.