La celebración del Día Internacional de la Enfermería, todos los 12 de mayo, nos lleva a las enfermeras y enfermeros de Galicia a reflexionar sobre la realidad presente y futura de nuestra profesión siempre desde el orgullo que produce saber que nuestra atención y cuidados individualizados son fundamentales para garantizar la salud y el bienestar del conjunto de la ciudadanía.


Este año, al igual que ocurrió el pasado, seguimos teniendo muy presentes las graves consecuencias que la crisis sanitaria que aún sufrimos ha provocado en nuestra forma de vida, tanto a nivel profesional como personal, pero, al tiempo, confiamos en que ya nos encontramos en el camino que nos llevará en unos meses a recobrar la tan ansiada normalidad.


Somos conscientes de que aún queda mucho trabajo por hacer en cualquiera de los ámbitos asistenciales en los que desempeñamos nuestra profesión y seguiremos realizándolo con el mismo esfuerzo, dedicación y compromiso, porque, ante todo y sobre todo, cuidamos de las personas.


Es lo que nos mueve y motiva todos los días a la hora de procurar salud, bienestar y una mejor calidad de vida al mayor número de personas que podemos. Desde el nacimiento hasta el final de su vida, en todo momento y en cualquier circunstancia y lugar.


Formando parte de equipos multidisciplinares, pero con plena autonomía, ponemos en práctica todos los conocimientos adquiridos en nuestra formación universitaria teniendo siempre como centro y referente a la persona. Por ello, nuestros cuidados responden a una visión integral de las personas, tanto a nivel biológico y psicológico como emocional y social.


No podemos olvidar, además, que las enfermeras y enfermeros, además de prestar atención sanitaria y cuidados, desarrollamos otras muchas funciones como son la investigación, la educación, la gestión o la innovación, entre otras. Nuestra ambición por avanzar y prestar los mejores cuidados a la población nos lleva a estar cada vez más presentes en ámbitos casi impensables hace no mucho tiempo.


Y lo hacemos todo sin perder importantes rasgos que nos caracterizan, como son la humanización, la cercanía o la empatía, porque estamos firmemente convencidos de que procurar salud y bienestar es también acompañar, escuchar, comprender…


Por ello, volvemos a aprovechar la celebración de nuestro Día para lanzar un claro y contundente mensaje al conjunto de la sociedad. Nuestra responsabilidad y compromiso, que ha quedado más patente si cabe en los últimos meses de lucha contra la pandemia, seguirá guiando nuestra labor en aras al bien común que nos une a todos y todas, como es la mejora de la calidad de vida de las personas.


También reiterar, en este 12 de mayo, que necesitamos el apoyo del conjunto de las administraciones públicas competentes para prestar la atención sanitaria y cuidados que se merecen los pacientes y el conjunto de la ciudadanía independiente del lugar en el que residan o de sus circunstancias personales y económicas.


Necesitamos ser más y hacer nuestro trabajo con mejores condiciones y en entornos laborales seguros. Si persiste el actual déficit estructural de enfermeras y enfermeros en el conjunto del Estado y si seguimos trabajando de manera precaria y temporal, nunca podremos llegar a los estándares de seguridad y calidad que deseamos.


En definitiva, llegamos a este Día Internacional de la Enfermería sintiendo que cada vez somos más valorados por la sociedad en su conjunto, aunque aún no se conozca suficientemente todo lo que aportamos a nuestro sistema sanitario, y con el convencimiento firme de que, ahora y siempre, prestaremos los mejores cuidados a todas las personas.

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