Las elecciones a la Comunidad de Madrid se han convertido en un tema no solo de los madrileños, sino en un tema de Estado. Así lo están demostrando los candidatos y sus respectivos partidos políticos. No solo está en juego gobernar la comunidad de Madrid, ahora en manos del PP -también era de Ciudadanos hasta que los echaron y con el apoyo de Vox-, sino el liderazgo del PP. También tenemos la implicación directa del presidente Pedro Sánchez en la campaña de Gabilondo y el salto sin red de Pablo Iglesias como candidato de Unidas Podemos. No son pocas las cosas que están en juego.
Isabel Díaz Ayuso, que cuenta como jefe de gabinete a Miguel Angel Rodriguez, un hombre que empezó con José María Aznar como jefe de prensa, entre otras cosas, y llegó a ser Secretario de Estado de Comunicación. Un personaje todopoderoso y visceral como ha demostrado en sus tuits -por cierto borrados ya- en los que insultaba a todo aquel que se ponía por delante y en algún caso, como el que le “dedicó” a la líder de Ciudadanos: “Arrimadas es atractiva como hembra joven. Políticamente es inconsciente”, una frase muy feminista. Él es autor intelectual de los discursos incendiarios de Ayuso que ella completa con esa chulería que le echa cuando se sale del guión y pone de los nervios a sus compañeros de Génova, que se ven venir la que les espera si se cumplen las predicciones de las encuestas. Aunque como dicen muchos, “no se puede vender la piel del oso hasta que no se haya cazado”.
Sin lugar a dudas las píldoras que va dejando doña Isabel no dejan indiferente a ninguno: unos se ríen y otros se enfadan de lo lindo. Su primera afirmación fue “España me debe una, hemos sacado a Pablo Iglesias de La Moncloa”.
Su obsesión le ha llegado a decir que su triunfo sacará a Sánchez de Moncloa. ¿Dejará también fuera de Moncloa a su compañero Pablo Casado? A este paso está claro que sí.
Su obsesión le ha llevado a decir que su triunfo sacará a Sánchez de Moncloa. ¿Dejará también fuera de Moncloa a su compañero Pablo Casado? A este paso está claro que sí. Sus ambiciones se centran en Madrid, pero Moncloa también está ubicada en ese Madrid de Ayuso que quiere preservar como “conservadora” que dice ser. “Yo soy adicta al humo de los coches. El olor de la gasolina, el asfalto…Todo eso me encanta, me encanta…”,, es otra de las muchas frases que ha llegado a decir a lo largo de su corto mandato. Con tanta incontinencia verbal, con su falta de modestia y con su “fiel” escribiente y agitado Rodriguez, a lo largo de la campaña que oficialmente ha empezado -llevan meses en ella- la ciudadanía va poder escuchar muchas de sus frases que no van a dejar a nadie indiferente, como su eslogan “comunismo o libertad” que se ha quedado finalmente en Libertad. Más corto y “contundente”.
Que Ayuso se está currando la campaña nadie lo duda. Tampoco se puede dudar que su ego se ha subido a la Torre de Cristal, que dicen es el edificio más alto de la capital, y desde esa altura se cree la salvadora de una España “conservadora” a la que ella está dispuesta a rescatar. Es su verdad y el quebradero de cabeza de Casado… En fin, como decía Camilo José Cela: “Lo malo de los que se creen en posesión de la verdad es que cuando tienen que demostrarlo no aciertan ni una”
Casado y Ayuso en un reciente mitin