Llevamos ya un año conviviendo con la amenaza del COVID. En este tiempo, por desconocimiento, las autoridades políticas y sanitarias, así como los investigadores han estado desconcertadas ante este virus desconocido que además ha ido mutando en otras variedades sin tener controlada la primera. En este tiempo se han tomado decisiones a toda prisa, es normal.
Emer Cooke directora de la EMA en la rueda de prensa sobre las vacunas de AstraZeneca
Pero ahora, ya se tiene experiencia para organizarse mucho mejor de cómo se está haciendo. La UE, como debe, se ha erigido en el organizador de la grave pandemia en cuanto a coordinar- y otras cosas más- la compra de vacunas después de que las instituciones pertinentes, llámense Agencia Europea del Medicamento y otros organismos reguladores aprueben su uso y aprueben que son aptas para ser administradas.
Desarrollar una vacuna lleva entre 10 y 15 años para que sea administrable en humanos. En esta situación de emergencia, en todo el mundo, los investigadores han tenido que trabajar a toda prisa, la situación así lo requiere. En estos momentos ya cuentan con varias vacunas para ser suministradas a toda la ciudadanía- los que tiene dinero para pagarla-, pero los efectos secundarios de estas vacunas realizadas en tiempo récord levantan dudas, incerteza y miedo. Más cuando cada día sale que un número personas, pocas dicen los especialistas, tiene efectos secundarios importantes, algunos de ellas han fallecido. La desconfianza ha hecho mella en la población.
La falta de planificación, de la UE en la compra de las vacunas- pillaje de por medio- que no acaban de llegar, los efectos secundarios de algunas de ellas, más el orden de la administración de la misma está siendo caótica, aunque digan lo contrario. No hay un criterio único lo que produce más miedo e inseguridad. Cada día sale algo nuevo que descoloca a las personas que se siente abandonadas e inseguras.
La polémica de la vacuna AstraZeneca está cada día siendo noticia, por los efectos que esta produce. Algunos países no la quieren administrar, otros, que ya tienen un número importante de personas vacunadas con la primera dosis se plantea no poner la segunda, España está entre esos países. Mientras países como Francia y Alemania planean poner la segunda dosis pendiente con otras vacunas como Pfizer o Moderna. Y hay una tercera opción y es que hay países que no van a seguir las directrices de la UE y quieren adquirir la famosa vacuna rusa.
La ciudadanía tiene la impresión de que la unidad se ha roto y que cada uno va a la suya para salvarse de la mejor manera posible.
Ante esta situación, la ciudadanía tiene la impresión de que la unidad se ha roto y que cada uno va a la suya para salvarse de la mejor manera posible. Entonces la pregunta es ¿para qué sirve la UE si estamos ahora en “sálvese” quien pueda? Es hora de que se tranquilicen las autoridades comunitarias, que no corra el pánico y que actúen como un bloque que se llama Europa. Si en estas situaciones de crisis, no se responde como se espera de ellos, flaco favor estan haciendo y se vuelve a otra etapa de la Europa dividida y el individualismo será de nuevo la política practicable.
Decía José Luís Sampedro que” Europa es como un jefe que nunca se pone al teléfono”. Mientras, el miedo a los efectos de la vacuna está haciendo que el 40% de los madrileños y el 25% de los gallegos no quieran ponerse la vacuna de AstraZeneca. En Catalunya, un número importante de gente no está acudiendo a vacunarse. ¿Qué sucede cuando no quieren esa vacuna? Alguien debería explicar lo que sucede.