Tras la reunión de hoy, la CIG alerta que la negociación entre Alcoa, Estado y Liberty sigue "enredada" a solo tres semanas de que venda el plazo acordado para vender o cerrar
Lo cierto es que el supuesto comprador, Liberty Steel, no está en condiciones de comprar nada. Como mucho, de sobrevivir con la ayuda de cientos de millones de dinero público británico. Dinero que el Reino Unido jamás permitiría que se destinase a comprar una fábrica en España.
Liberty es parte de GFG que está a un paso de la quiebra tras desvelarse las irregulares prácticas contables de este grupo y de su principal financiador, el banco Greensill, que ya lleva semanas intervenido
El ministro del Reino Unido Kwarteng teme que si rescatan a Liberty el dinero acabe fuera del Reino Unido / Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0) Flickr Policy Exchange
Los problemas del grupo GFG llevaron a parar a varias de sus plantas En parte, debido a que algunos proveedores dejaron de suministrar material. Por ejemplo, la factoría de acero de Rotherham (Reino Unido) lleva un período de parones que empezó el 12 de marzo. Rotherham solo ha podido reactivar el trabajo hoy y parcialmente, según Reuters.
JOHNSON PROMETE PERO NO CONCRETA
El calibre de la crisis de Greensill Capital y de GFG es tal que incluso el primer ministro tuvo que pronunciarse. Boris Johnson dijo el día 1 que confiaba en que Liberty Steel consiguiría reemplazar en el mercado financiero el hueco dejado por la quiebra de su principal financiador, el banco de inversiones Greensill, donde
El político conservador también dejó caer que el Gobierno podría ayudar comprando acero local gracias al Brexit. Es decir que, aunque el Estado no nacionalice o rescate directamente las plantas, puede intervenir mediante una especie de rescate indirecto en especie, práctica que prohibe la UE.
La oferta de Johnson no deja de ser una vaga promesa destinada a calmar las consecuencias políticas de una eventual quiebra de unas factorías con más de t.000 empleados en el Reino Unido. Fábricas que ya estuvieron a punto de quebrar hace unos años hasta que las compró sorprendentemente el empresario ide origen indio Sanjeev Gupta.
REINO UNIDO ALERTA QUE LA ESTRUCTURA DE LIBERTY ES "MUY OPACA"
El día anterior de las declaraciones de Boris Johnson, su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, indicaba que el Gobierno necesita entender de forma más clara la estructura de propiedad de las fábricas antes de conceder cualquiera ayuda financiera.
"Somos los albaceas del dinero de los contribuyentes y hay dudas sobre la muy opaca estructura del grupo GFG", dice un ministro de Reino Unido
Precisamente, la opaca estructura de GFG y sus peculiares auditorías -no realizadas por ninguna de las grandes marcas del sector, algo muy poco frecuente en empresas de este tamaño- fue uno de los elementos que desató la crisis. "Somos los albaceas del dinero de los contribuyentes y hay dudas sobre la muy opaca estructura del grupo GFG", dijo el ministro.
Kwarteng alertó que no había garantías de que si aportaban dinero público británico este no acabase en otros países, otro factor que complica aún más la supuesta operación de compra de Alcoa San Cibrao. Cuestionado sobre una eventual nacionalización del grupo, Kwarteng dijo que todas las opciones estaban sobre la mesa.
SUPUESTOS CLIENTES QUE NIEGAN SER CLIENTES
Las dudas sobre la viabilidad del grupo se dispararon a principio de mes, cuando el Finacial Times informó de una grave irregularidad en las cuentas de GFG. El más prestigioso de los periódicos económicos de Europa adelantó que los administradores concursales de Greensill habían recibido desmentidos de supuestos deudores de Liberty Steel. Esos clientes alegaron que jamás habían realizado negocios con Gupta, lo que añade más dudas sobre la veracidad de las cuentas de la compañía.
Cuando saltó la grisis, Gupta dijo que no sería necesario un rescate y que no cerrarían las factorías. Ahora se sabe que negoció un rescate público por valor de 198 millones de euros. El viernes la BBC informó que Citigroup, en nombre de Credit Suisse, acaba de demandar a GFG para recuperar parte de lo que prestó al grupo. Esto puede ser el primer paso hacia una intervención judicial y quiebra de la compañía.
En definitiva, el escenario que se dibuja en el país sede de Liberty es de un grupo con serios problemas financieros, con unos dueños cerca de perder el control de una empresa que posiblemente hubiese quebrado ya de no ser por la importancia política de los empleos industriales.
Si a esto sumamos la crisis actual, el problema de credibilidad de Gupta en los mercados y que el Johnson no permitirá que un eventual rescate vaya acompañado con inversiones en el extranjero, se antoja muy complicado que Liberty logre remontar la situación en tres semanas. Es por eso que el plan inicial de que el Estado compre Alcoa a los americanos para venderla después a Liberty -dado que los americanos no quieren negociar directamente con Liberty- se antoja ahora mismo una utopía.
REUNIÓN A DISTANCIA SIN AVANCES
Sobre la compleja situación han hablado hoy trabajadores y administraciones españolas. Una de las partes, la CIG, ha aludido directamente a los problemas de Liberty.
Las negociaciones entre la multinacional estadounidense Alcoa y la sociedad estatal de participaciones industriales (SEPI) para la venta de la planta de aluminio de Cervo (Lugo) están estancadas a poco más de tres semanas de que termine el plazo establecido (el 30 de abril), según han constatado este martes las partes convocadas por el Ministerio de Industria a una reunión de seguimiento sobre el proceso, resume Europa Press.
LA XUNTA METE PRISA
Por un lado, el vicepresidente económico y conselleiro de Economía, Francisco Conde, señala que el encuentro concluyó "sin avances", por lo que pide a la empresa y al Gobierno central que "den la máxima agilidad posible a las negociaciones en curso para cerrar cuanto antes un acuerdo de venta de la planta de San Cibrao".
LOS TRABAJADORES GUARDAN SILENCIO
En la cita, telemática y a la que no estaba convocada Alcoa, participaron los sindicatos y el comité de empresa, que ha declinado pronunciarse hasta este miércoles, después de analizar el contenido de la reunión.
"Trasladamos al Gobierno la necesidad de dotar de agilidad este proceso de negociaciones y de que haya un compromiso de transparencia por parte de Alcoa y de la SEPI para concretar un acuerdo de venta y trasladar certidumbre a los trabajadores antes del 30 de abril", destaca la consellería que dirige Conde.
A través de un comunicado de prensa, subraya que tanto Alcoa como la SEPI "tienen que cerrar lo antes posible un acuerdo de compra-venta que certifique la viabilidad de la planta de San Cibrao".
En este contexto, Conde ha apelado "al diálogo y el entendimiento", y "a trabajar de forma conjunta para que la operación de venta de la planta de A Mariña concluya con la mejor de las noticias".
LA CIG
Por su parte, la CIG también demanda al Ejecutivo central "acelerar las negociaciones" para que la fábrica de San Cibrao esté "en manos" de la SEPI "antes de terminar el mes".
La central, uno de los principales sindicatos en la planta junto a CC.OO., reclama a los gobiernos "consumar hechos y realidades" para garantizar la continuidad productiva y de los empleos en San Cibrao.
Concreta la CIG que las partes están ahora "enredadas" en la situación financiera del grupo GFG Alliance, al que pertenece Liberty, la compañía interesada en hacerse con la factoría. Es la primera vez que un sindicato de la fábrica habla abiertamente de que la crisis del GFG está perjudicando la operación.
Por su parte, el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, considera "indispensable" que la fábrica de aluminio "quede bajo control de la SEPI antes de terminar el plazo de negociaciones", aunque el comprador final "no sea Liberty". "Solo así se podrá abor quede bajo control de la SEPI antes de terminar el plazo de negociaciones dar la búsqueda de una nueva propiedad con la tranquilidad y seguridad de mantener la producción y los empleos", advierte.
En esta línea, Carril instó a la SEPI a buscar "compradores alternativos", debido a las "dudas financieras que genera en estos momentos GFG Alliance".
UN PROCESO FRUSTRADO
Durante 2020, el Gobierno ya negoció con Alcoa para tratar de que fructificase una operación de compra-venta relativa a las instalaciones de Cervo que resultó frustrada.
Por entonces, la multinacional tenía la intención de llevar adelante un despido colectivo para más de 500 trabajadores que el comité y los sindicatos llevaron a la justicia, que terminó por impedirlo.