Galmask, la única compañía gallega que produce mascarillas FFP3, anuncia que retoma la venta de estos equipos tras un parón de varios días.


El 28 de enero comunicó que supendía las ventas debido a la altísima demanda. "Desde la administración pública nos requieren también grandes cantidades de mascarillas por lo que hemos incrementado la capacidad de producción de nuestra fábrica y además hemos solicitado un extra que nos será entregado por avión urgente en los próximos días", se justificaba en sus redes sociales.


Fábrica de Ilever donde se producen las mascarillas FFP3 de Galmask en Vigo en una foto de las redes sociales de la marca 



Dos días después, el 30, Galmask anunciaba que retomaba las ventas, eso sí, a mayor precio. ¿El motivo? La "alta demanda" de las mascarillas y de las materias primas en el mercado internacional les obligó a tener que traer el material por avión con urgencia,


"Al tener que recurrir con urgencia al transporte aéreo los precios de los transportes aumentan considerablemente. Para que se puedan hacer una idea, el coste del transporte marítimo (que es lo normal) respecto al aéreo se multiplica al menos por 15", explican antes de prometer que el precio bajará en cuanto vuelvan a llegar suministros por barco hasta la fábrica de I-LEVER en  Vigo, que es donde se fabrican. . 


¿QUÉ ES FFP3?

Para que una mascarilla reciba la homologación FFP3 debe ser capaz, entre otros requisitos, de filtrar el 99% de las partículas de entrada y salida. Las FFP2, más comunes, deben filtran el 95%.  


La demanda de FFP2 se ha disparado esas semanas al conocerse que varios países están haciéndolas obligatorias en lugares de riesgo, como centros sanitarios. Política que la Xunta también pretende aplicar, si le deja Moncloa. 


IMPULSO ECONÓMICO PARA VIGO Y SANTIAGO

Según informó en su día la Xunta, que apoya el proyecto, la iniciativa empresarial supuso una inversión de 600.000 euros y 30 puestos de trabajo directos y ahora la empresa asegura que ha tenido que contratar más personalLa fábrica viguesa I-Lever y la distribuidora compostelana Firstprotec son los promotores de esta aventura empresarial.



La fábrica empezó a funcionar con las certificaciones a mediados de octubre. A finales de noviembre empezó a comercializarlas respaldadas con todos los certificados que exige la UE. 


Galmask dijo inicialmente que iba producir 1,5 millones de mascarillas al mes, destinadas tanto al mercado estatal como internacional, pero a finales de enero indicó que "hemos incrementado la capacidad de producción de nuestra fábrica".



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