Poco o nada queda de la En Marea que en 2016 acaparó la portada de todos los periódicos como la gran sorpresa electoral de la carrera por la Xunta de Galicia al quedar como segunda fuerza autonómica por delante de PSdeG y BNG y al contar con una gran representación en el Congreso de los Diputados.
Solo cuatro años después, la experiencia de esta fuerza que se erigía como gran alternativa de izquierdas en Galicia ha resultado un verdadero fracaso después de su desquebrajamiento y disputas por el liderato de la organización. Ahora, un plenario en Teo marcará el futuro inmediato de la fuerza: o intentar recuperar la posición en un espacio que ya no le pertenece o disolverse de forma definitiva.
En Marea, el partido creado en 2016 para agrupar las fuerzas de la esfera de la izquierda rupturista que tiempo después se desentendieron de esta marca, decide este sábado en un plenario su futuro como organización política tras su fracaso en las elecciones autonómicas del 12 de julio, en las que la coalición en la que participaba, Marea Galeguista, obtuvo el 0,22 por ciento de los votos.
La cita tendrá lugar a partir de las 09,00 horas de este sábado en el Hotel Congreso de Teo (A Coruña), en las afueras de Santiago de Compostelana, de donde saldrá si los inscritos deciden seguir adelante con el proyecto político, según señala la dirección de la organización en un comunicado.
Así las cosas, la opción de disolver el partido que encabezó el magistrado Luís Villares (que abandonó la primera línea política a comienzos de año) estará sobre la mesa. En caso de que los inscritos decidan continuar, En Marea convocaría un nuevo plenario para elegir nuevos órganos directivos.
De este modo, la cita de este sábado podría ser el punto y final de un partido creado en el verano de 2016 para representar en las autonómicas de ese año las fuerzas de la izquierda rupturista, un espacio político que en ese momento contaba con cinco diputados en las Cortes y gobernaba las ciudades de Santiago, Ferrol y A Coruña.
En dicho proceso electoral, con el magistrado Luís Villares al frente, En Marea obtuvo casi 275.000 votos que la colocaron, con 14 diputados, al frente de la oposición al PP de Alberto Núñez Feijóo en el Parlamento de Galicia.
Sin embargo, las diferencias entre las distintas formaciones y corrientes que convivían en el proyecto de confluencia empezaron a notarse al poco de arrancar una legislatura que resultó convulsa por las tensiones internas.
La división interna y el continuo cruce de declaraciones marcaron la trayectoria de En Marea, que terminó por escenificar su división a comienzos de 2019, cuando Podemos, EU y Anova (promotores del proyecto rupturista) rompieron con el sector de Villares, que mantuvo las siglas a nivel orgánico pero que, al estar en minoría en el seno del grupo parlamentario, acabó integrando el grupo mixto.
En la actualidad, las dos corrientes carecen de representación a nivel autonómico tras los comicios de julio a los que En Marea concurrió en coalición con el Partido Galeguista y Compromiso por Galicia en la candidatura Marea Galeguista encabezada por Pancho Casal. Por su parte, Galicia en Común (en la que viajaban Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas de Santiago y A Coruña) también está fuera del Parlamento al quedar por debajo del umbral del 5% de los votos.
Así las cosas, cuatro años y un día después de las elecciones de 2016 que auparon a En Marea como segunda fuerza política de Galicia, el sector que todavía representa esas siglas decidirá en Teo si sigue adelante o si, por contra, decide disolver una organización que, bien en solitario en las generales de abril de 2019 o en coalición en las autonómicas de hace dos meses, quedó relegada a un espacio residual en el panorama político gallego.