"Le diría a los gallegos que le den una oportunidad metiendo el voto en las urnas. No se van a arrepentir, es una grandísima política, buena persona, honesta, trabajadora y honrada". Con estas palabras avaló Aurita, la madre de Ana Belén Pontón Mondelo (Sarria, 1977), la candidatura de la cabeza de lista del BNG a la Presidencia de la Xunta.
También su padre pone la mano en el fuego por su hija, que hasta la llegada de los nietos, según matiza la líder nacionalista, tenía a Ana como su 'favorita', en palabras de Aurita. "No os extrañéis si me llaman Belén, aquí me llaman así", dijo la conocida en política como Ana Pontón al entrar en la finca de la casa familiar en la aldea de Chorente, en Sarria (Lugo), a donde ha viajado este primer día de campaña electoral para coger el impulso que le lleve a "liderar el cambio" en la Xunta y "hacer historia" convirtiéndose en la "primera presidenta nacionalista" de Galicia.
CENSURADA EN SU ETAPA DE SECUNDARIA
Pontón Mondelo tuvo idilios con el periodismo en su juventud y llegó a ser censurada, en el instituto, junto al resto del comité de redacción de una revista que finalmente salió a la luz gracias a la financiación conseguida fuera de los muros del centro escolar. El director lo quiso censurar y retiró el apoyo económico por contener un artículo erótico gay que, dijo la candidata, no causó "el revuelo" que él predijo.
También barajó estudiar Derecho, aunque finalmente apostó por Ciencias Políticas. La joven dirigente ya encabezó la lista del BNG hace cuatro años y consiguió que retuviese un grupo parlamentario en el peor momento de la historia reciente de su formación, cuando ninguna encuesta apostaba por una formación cuya candidata, Pontón, triunfó --según las opiniones públicas posteriores-- en el único debate electoral en la CRTVG. "Estoy deseando que llegue el lunes", ha afirmado, al respecto de la contienda que tendrá lugar el próximo 29 de junio junto a los otros seis candidatos de las fuerzas políticas principales.
La candidata compartió con periodistas que siguen la caravana nacionalista un café (acompañado de dulces, pero también con empanada y embutido hecho por su madre) en su casa natal, construida por su bisabuelo hace 104 años.
La ventana de su habitación, donde dormía con su abuela en una vivienda que, como es habitual en el rural gallego, estaba sobre las cuadras de las vacas, ahora está rota. Pero no fue desde ella, aclaró, de donde saltó y se 'escapó' a Compostela a dos días de cumplir 18 años para vivir su primer Día da Patria, dos años después de afiliarse a Galiza Nova.
"ME VEO CON MÁS SOLIDEZ"
"Me veo con más solidez y conocimiento. La oposición es una buena escuela para gobernar y esto se perciben", ha reflexionado, al ser preguntada por cómo es la Ana de ahora con respecto a la de hace cuatro años y a cuando empezó. Pontón llegó a la Cámara autonómica en 2004 para dar relevo a Pilar García Negro, pero uno de los hitos parlamentarios fue su primer cuerpo a cuerpo con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en el debate sobre el estado de la autonomía tras las escisiones del BNG, un episodio cicatrizado que ella ha capitaneado.
"Yo soy optimista por naturaleza, pero ahora veo posibilidades reales de que se pueda producir un cambio. Lo que estoy sintiendo en la calle es que hay mucha gente que está empujando, gente que no está organizada en militancia, y que te escribe por redes para saber cómo pueden hacer para que se produzca el cambio", ha asegurado Pontón, quien ha enfatizado que el panorama está abierto", apoyándose en que "tres de cada diez no tienen decidido el voto".
VIENTO A FAVOR EN LAS ENCUESTAS
La líder del Bloque, formación que en las encuestas está al alza, destaca que esta situación es "resultado de un trabajo colectivo de la organización, que demostró que cuenta con gente seria, que tiene proyecto y principios, ideas, y capacidad de llevarlas adelante". "Y esta es la ola de simpatía en la que estamos en un momento en que la sociedad está cansada de las políticas de la derecha y centralistas", ha aseverado.
Y es que Pontón, Ana Belén (ya que también tiene una prima en Bilbao que se llama Ana y que ya ha sido víctima de la confusión), cree que es el momento de "una mujer en la Presidencia de la Xunta, con manos libres y que acabe con tanta subordinación".
Lectora voraz y estudiante de sobresalientes, la líder nacionalista confiesa su "timidez" de juventud y explica que se vinculó a la política porque ella percibía que "había discriminación". "Veíamos que aquí (en Galicia, y en el rural) se llegaba más tarde, me parecía que pasaban los trenes por delante y ninguno paraba en la estación", ha explicado Ana Pontón.
Aunque en este caso era una metáfora, la casa natal de Pontón está próxima a la estación ferroviaria de Ourol y para acceder a ella por uno de los caminos, hay que atravesar un paso a nivel "muy peligroso", objeto de promesas incumplidas, ya que nunca ha llegado el paso elevado.
SU FEMINISMO, ALGO "NATURAL" INCULCADO POR SU ABUELA
El feminismo es algo "natural" en ella y lo aprendió de su abuela, muy "moderna" --en palabras de Aurita Mondelo--, por las pequeñas cosas cotidianas. "Ella me lo inculcó, porque lo vivió en sus propias carnes y me decía que no podíamos aceptarlo", ha manifestado, y narró a lo que se refería: llegaba de trabajar en el campo y, mientras, los hombres se sentaban, hacía la comida; cuando ellos dormían la siesta, ella limpiaba y lavaba la ropa".
"Nunca permitas que digan que no trabajamos o que somos menos", rememoró las palabras de su abuela, al tiempo que aseguró que su propio padre, Luis, que "siempre le dijo que tenían que valerse por sí mismas y no depender de un hombre".
Así, uno de sus "logros" de juventud fue conseguir ser monaguilla en la parroquia de San Xulián. "Fue una pequeña victoria", ha reivindicado Pontón, quien ha asegurado que le gusta "mucho volver", porque en Chorente, donde la finca de la casa donde antes había un pajar y ahora colonizan gallinas ponedoras-- está "una parte muy importante" de ella.
No en vano, Pontón siente "orgullo" de donde procede, una familia de cuatro hermanos que recorría un kilómetro de ida y otro de vuelta para comer y regresar al colegio. Aprendió que como su padre "no tenía una máquina de hacer dinero" y que otros tenían "más", había que trabajar con tesón y duramente para conseguir sus objetivos.
"Me dijeron que no se podía ser de aldea, mujer y hablar en gallego", recordó, y eso le llevó, aseguró, a "tirar para adelante", aunque no se había imaginado --ahora sí lo hace y lo proclama-- que sería candidata a la Presidencia de la Xunta.
Asegura que no es "mitómana" y le "inspiran" más personas como las cajeras de supermercado, como su hermana, o las sanitarias. Su motivo para seguir en política y avanzar: "no aceptar el no", como en su juventud. "Galicia no tiene que aceptar el no, el no a aceptar un futuro mejor. Si algo me ensañaron mis padres es que podemos construir y avanzar para tener más posibilidades de las que ellos tuvieron", ha manifestado.
ORÍGENES
Ana Pontón eligió su aldea porque es "importante estar orgullosos de los orígenes" y "reconocerse en ellos". Y lo traslada a la política: "este país tiene que confiar en sí mismo y salir adelante desde el orgullo de lo que representamos".
La candidata del BNG se caracteriza por su capacidad de estudio y concentración, cualidades recordadas en la conversación de más de una hora de este viernes. De joven se encerraba en una habitación para estudiar, como también se la recuerda en aquel primer debate del estado de la autonomía repasando apuntes en los jardines del Pazo do Hórreo junto a la que era su asesora en aquel entonces. "Siempre estaba con los libros, el periódico. Ya se veía que iba a llegar lejos", sentenció su madre.