A poco menos de un mes para el final de la campaña, el equipo de la Universidad de Vigo espera desentrañar parte de la planta real del campamento romano instalado posiblemente ya finales del siglo I antes de Cristo y otorgarle una funcionalidad a todos estos edificios campamentais y de épocas posteriores que se localizan en los llamados edificios 1-2 y 4. 

Después de la excavación y registro será el momento de la fase de puesta en valor con una completa intervención de conservación y restauro con el objetivo de que este complejo yacimiento, que pervive desde el siglo I ata el siglo XII, sea comprensible para los futuros visitantes.



Antes y después de la excavación en Cidadela


Una excavación desarrollada por la Universidade de Vigo (UVigo) ha permitido recuperar nuevos restos del campamento militar romano de Ciadella, situado en Sobrado (A Coruña).

En concreto, un equipo de arqueología y conservación-restauración de la universidad desarrolla estos trabajos, iniciados el pasado 2 de marzo y suspendidos durante tres semanas por la pandemia, con el objetivo de ahondar en el conocimiento de este asentamiento. Este fue construido en el siglo II, según ha trasladado en un comunicado la Consellería de Cultura e Turismo, que promueve la iniciativa.

El director del proyecto y miembro del Grupo de Estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio (GEAAT) de la UVigo, Adolfo Fernández, ha explicado que han comenzado a percibirse los primeros resultados de la excavación, que se concentran en el edificio 1-2. Mientras, en el denominado 4 se realizará una limpieza, además de una reexcavación de niveles intervenidos en la década de los 90 para restaurar restos arqueológicos.

En concreto, el arqueólogo ha precisado que el frente norte de la zona del edificio 1-2 ha sido excavada por completo, lo que ha permitido recuperar los muros norte y oeste. También se ha descubierto un camino perimetral entre ese edificio y la muralla del campamento.

REOCUPACIÓN DEL CAMPAMENTO
Asimismo, se trabaja en la excavación de una zona de esa área para completar la recuperación del edificio hasta la calle principal del asentamiento. El arqueólogo también ha indicado que se han detectado "unas importantes fases de reocupación civil del yacimiento datadas a finales del siglo IV" y otra realizada a partir del siglo VI. Esta última incluye una zona de necrópolis de épocas tardoantigua y altomedieval cuya extensión no se conocía en su totalidad.

El director del proyecto también ha recordado que se busca conocer la planta del campamento militar para obtener información sobre la función de los edificios que ocupan la parte central del recinto.

Adolfo Fernández ha indicado que se ha retirado una gran parte de la cobertura vegetal que tapaba el edificio 4 y que ha permitido dejar a la vista elementos excavados con anterioridad. Así, se ha recuperado el frente sur, del que se podrá realizar un registro detallado mediante fotogrametría 3D. También se podrán relizar trabajos puntuales para aclarar las estructuras del asentamiento.

La finalización de los trabajos tendrá lugar en menos de un mes, tras lo que se registrarán los hallazgos y se procederá a su restauración. Además, se han pospuesto las actividades divulgativas dirigidas a estudiantes debido a la pandemia, aunque se ha difundido información a través de las redes sociales.

OCUPACIÓN
El director del proyecto también ha indicado que este yacimiento presentó una ocupación prolongada, que se estima que tuvo lugar entre el siglo II y el XIII. Así, ha apuntado que la zona contó con una iglesia medieval que se trasladó fuera del yacimiento en el siglo XIII. También ha precisado que la unidad militar era mixta (de infantería y caballería) y dependía de la Lexio VII Gémina de León

En este sentido, ha concretado que la función del campamento consistía en garantizar la comunicación de las localizaciones en las que hoy se encuentran Lugo y el puerto de A Coruña. También se controlaban las explotaciones mineras de la zona y se apoyaba el cobro de impuestos.

Este proyecto fue adjudicado a la UVigo tras un concurso de licitación y está sufragado al 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), mientras la Xunta destina 240.000 euros.

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