El de Salceda de Caselas llama a la puerta de Luis Enrique y espera recuperar su mejor versión en el año que resta hasta la celebración de la Eurocopa.
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus provocó un paréntesis en la vida de los deportistas. Alejados de los terrenos de juego, muchos emplearon este tiempo en tratar de recuperarse tanto anímica como físicamente en este espacio de descanso. Es el caso de Denis Suárez, la gran apuesta del Celta de Vigo este verano que venía cuajando un curso irregular.
Después de un arranque prometedor lleno de destellos, la luz del de Salceda de Caselas se fue apagando hasta el punto de perder protagonismo con Óscar García, aunque eso no le impidió protagonizar actuaciones notorias, como su partido ante el Real Madrid en el 2-2 en el Bernabéu.
Durante estos dos meses, Denis ha puesto en orden su cabeza y sus piernas y ha regresado a la disciplina celeste más dispuesto que nunca. “Vuelvo mejor de lo que me fui”, dijo en su regreso a A Madroa. Así lo ha demostrado en las primeras sesiones de entrenamiento, donde parece haber dicho adiós a sus problemas físicos -arrastraba una artritis inflamatoria en su tobillo derecho- y fuera del verde también deja entrever que tiene una perspectiva más clara de lo que quiere.
Su ilusión es volver a la selección, con la que ya participó en un amistoso hace cuatro años de la mano de Del Bosque. Si juega de forma regular, el centrocampista cree que puede hacerse un hueco en la agenda de Luis Enrique. “Mi prioridad ahora es jugar regularmente y competir por un lugar en la selección”, declaró para Goal.
Ese, de hecho, ha sido su gran empeño desde que aterrizó en Vigo después de un periplo que lo llevó a vestir las camisetas de Barça, City, Sevilla y Villarreal. “Regresé a casa porque cuantos más partidos juegue más posibilidades tengo”. Ahora tiene ante sí 11 posibilidades más una temporada entera para regresar con La Roja. De él depende. Calidad le sobra.