La Dirección Adjunta de Policía acaba de enviar un oficio -al que tuvo acceso Galiciapress- a las jefaturas de Policía de todo el Estado en el que reparte labores al hilo del estado de emergencia por el coronavirus. Lógicamente, entre los objetivos generales de la instrucción está "evitar acciones hostiles, de vandalismo o de pillaje" y "prevenir cualquiera alteración grave" que haga peligrar "la salud pública", la paz y la seguridad.
Con todo, quizás lo más llamativo de este documento es las labores encargadas a agentes de la Comisaría General de Información. El Ministerio del Interior les manda "el control de las redes sociales a fin de detectar grupos o elementos que pudieran pretender alterar el orden público o el asalto a centros de abastecimiento".
Una imagen de archivo de la Brigada de Delitos Tecnológicos
Y es que las redes sociales son ahora -cerrados los bares y otros centros de ocio- la vía clave de conformación de la opinión pública gallega y española. Si alguien busca sacar rédito de la crisis movilizando a grupos, deberá actuar en ellas.
Ante esta amenaza, la Dirección encarga la "detención de elementos hacktivistas que pudieran intentar desestabilizar el país mediante el desarrollo de campañas".
ESTADOS UNIDOS SOSPECHA DE RUSIA
Hay que recordar que hace varias semanas un informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos identificó una supuesta campaña de desinformación para culpar a la administración Trump del COVID-19. Acusaciones que Rusia ha negado con vehemencia en reiteradas ocasiones.
Así que, la Comisaría General de Información, además de sus funciones más habituales, como podría ser la "detección de grupos violentos o elementos terroristas que aprovechando las circunstancias actuales pudieran subvertir la paz social", tiene que poner ahora un especial foco en las redes sociales.
El propio presidente del Gobierno llamó ayer a los ciudadanos a desconfiar de las fuentes no oficiales y estar prevenidos sobre las fake news.