Dicen que hay personas que nacen con una estrella y otros que nacen estrellados por mucho esfuerzo que hagan. ¿Están predestinadas las personas?, Decía Henri Frédéic Amiel, filósofo moralista, que “el destino tiene dos formas de aplastarnos: rechazando nuestros deseos o cumpliéndolos”. La última afirmación se la debe aplicar Carles Puigdemont, que el “destinado” le ha traído -gracias a ERC- su entrada en el Parlamento Europeo, lo mismo que a Toni Comín, que los dos forman el dúo de Bruselas.
Tiene su intríngulis que después de que Puigdemont tomara las de Villadiego cuando intuía que su próxima morada podía ser una celda reducida -dejando al vicepresidente de su gobierno, Oriol Junqueras, al pie de la justicia, sin intención de marcharse de Catalunya-, sea ahora ERC -por sus negociaciones y abstención para que Pedro Sánchez sea investido presidente del gobierno- la que se beneficie de las peticiones de los republicanos por su postura. “La suerte es una flecha lanzada que hacer blanco en el que menos la espera”, decía Konrad Adenauer, que no hace falta presentarlo.
Cuando Puigdemont y Comín conocieron la noticia por la que el Tribunal de Justicia Europeo les autorizaba a recoger el acta de diputados, lo primero que hicieron es ir a recogerla. Antes de contar con sus acreditaciones de señorías pasaron por la recepción para poder acceder al recinto. Con esa credencial que es necesaria -para todas las personas que no están acreditas- para poder entrar, se hicieron la foto como si esa fuera su acta/tarjeta de diputados. Es igual, les hizo la misma ilusión que a un niño un juguete nuevo.
Lo que viene ahora es que los dos nuevos eurodiputados, con inmunidad pero no con impunidad, van a recibir cada uno de sueldo -¿por cuánto tiempo?- 7.000 euros a los que hay que sumar dietas, viajes y otras prebendas. Eso sí, los viajes muy limitados por si acaso. Es normal que los dos saltaran de alegría ante el premio gordo de la lotería que les había tocado. Algunos dirán que han sido elegidos, pero se olvidan de explicar que su presencia en las listas –uno en JxCAT y el otro en ERC- fueron para conseguir la inmunidad, sabiendo a lo que se exponían. Como en los juegos, siempre hay dos partes, la primera se conoce y la segunda está por llegar... Sea como sea, de momento, no sabemos si con efecto retroactivo, el sueldo lo van a tener hasta nueva orden.
Así que a Puigdemont y a su sombra belga les han traído los reyes su regalo antes que al resto de los niños. Que lo disfruten, porque el juez Llanera, pese a las presiones que no explica, sigue con su idea de activar la euroorden.
Suceda lo que suceda, Puigdemont y Comín van a terminar el año mejor de lo que lo empezaron. Podrán tomar las uvas con parte de sus familiares, que se desplazarán al frio y peculiar país y hasta podrá brindar con sus amigos flamencos que están encantados de la vida...
Lo que les esperan a los dos políticos huidos en este 2020 es cosa de la justicia y de la política. Un inicio de año lleno de sobresaltos y de medidas que pueden resultar sorprendentes no solo para ellos, sino para el resto de la ciudadanía, que mira con asombro todas las cosas que están sucediendo. Muchas de las cuales no se ajusta al sentido común y sí a la ilógica de la política.
Que nada les amargue las uvas. Buena entrada de año y disfruten de estos días, que pasan rápidamente.