En dos meses se le acaba la validez de su documento de identidad, necesario en teoría para presentarse a las elecciones catalanas y poder moverse por Europa
El próximo 3 de febrero Puigdemont se enfrenta a dos bretes: a la sentencia sobre su orden de extradición a España y al vencimiento de su carné de identidad. Al expresident de la Generalitat fugado a Bélgica le quedan menos de dos meses para poder disfrutar de su DNI, puesto que a principios de febrero terminará su periodo de validez.
El documento nacional de identidad es un título de ciudadanía intransferible e inalienable, y tan solo su titular puede solicitar su renovación ante una embajada en el extranjero. Naturalmente, Puigdemont no desee poner un pie en territorio español, aunque sea el de una oficina de acción exterior española, por lo que previsiblmente no renovará su DNI antes de que este le caduque.
Aunque la Junta Electoral Central ha reconocido en el pasado documentos de identidad caducados a efectos electorales, esta situación podría modificar el calendario electoral catalán. Para poder concurrir a unos comicios catalanes, Puigdemont debería tomar una decisión en enero sobre su futuro para actuar con todas las garantías.
A su vez, esto podría afectar sus movimientos al extranjero. Hasta el momento, los viajes realizados por el expresident se han limitado al espacio Schengen, donde puede circular sin pasaporte solo portando su DNI. Sin embargo, si Puigdemont se quedase "sin papeles", la situación podría complicársele, sobre todo si decide desplazarse fuera de Europa.