Primero habló Felipe González, al que no le ha gustado la urgencia con la que se ha movido su colega Pedro Sánchez para repartirse el poder con Pablo Iglesias. Hoy ha hablado José María Aznar, bendiciendo un pacto constitucionalista de su partido, el PP, con los restos del naufragio de Ciudadanos y el mismísimo PSOE. Pero, ojo al truco, sin Pedro Sánchez, el único de todo este entramado que ha ganado dos elecciones generales seguidas. Zapatero, como siempre, ha votado sí a Podemos de la mano de su compañero de partido y de quien quiera unírseles. En Galicia, con todos estos ingredientes, lo que solemos hacer es una empanada, y por cierto, nos sale muy bien. Pero claro,"os galegos" somos muy nuestros, especialmente cuando pronunciamos la palabra 'bueno', que, según el tono en el que la pronunciemos, quiere decir una cosa o todo lo contrario.
Aznar, que no es Fraga ni tiene la cultura del León de Vilalba, le ha dado un sopapo a la abstención pepera para que pueda gobernar Sánchez y parte de la España no constitucionalista. En cambio, ha dicho una verdad como un piano de cola de grande: "tenemos 16 partidos distintos en las nuevas cortes" y "los españoles han elegido a estos representantes". Vamos, que tenemos lo que tenemos, porque así lo hemos votado y por deducción interpretativa del mensaje del político madrileño, nosotros nos lo hemos buscado, y si queremos salir con bien de este delicado trance, debemos aplicar sus valiosas recomendaciones.
Nada nuevo bajo el cielo de lluvia y nieve que ahora mismo nos cubre. Como hemos titulado en nuestra cabecera, Aznar lo tiene claro. Menos mal que no estamos en los años de la Transición, que si así fuera , mañana los titulares de los diarios amanecerían con el consabido "ruido de sables en los cuartos de banderas", un rum rum que, a los demócratas, nos dejaba sin resuello durante un par de semanas por lo menos. Menos mal que eso ya no es posible. ¿Tendrá otros datos Don José Maria?