Galicia volvió a tener un rol secundario en un debate entre candidatos a la Presidencia del Gobierno de España. Con todo, los temas gallegos se colaron más en la discusión que en anteriores ocasiones. Sucedió principalmente al hilo del modelo de Estado y de la polémica catalana, pero también debido a Nadia Calviño y Amancio Ortega.
La referencia más concreta a la política gallega partió de Vox. Santiago Abascal desafió a Pablo Casado a que definiese su modelo de Estado, en concreto si coincidía con el punto de vista de Alberto Nuñez Feijóo, de quien dijo entendía Galicia como "nación histórica". El líder del PP no recogió el guante, obviando a Vox -en este momento y a lo largo de todo el debate-, y se centró en desgastar a Pedro Sánchez utilizando el cambio de discurso del socialista sobre la plurinacionalidad de España. Casado evitó así que se visualizara algo evidente, la falta de sintonía entre él y el presidente gallego, receloso con el giro centralista de la derecha española.
IGLESIAS PIDE PRECIOS MÍNIMOS PARA LA LECHE
El primero en aludir a Galicia fue Pablo Iglesias. En el bloque de cohesión territorial, el mandatario de Podemos argumentó que el problema catalán no podía monopolizar el debate sobre la igualdad en España. Iglesias enumeró una serie de colectivos de otros lugares que sobreviven en precarias condiciones, entre los que nombró a los productores lácteos gallegos. El secretario general morado pidió después el establecimiento de precios mínimos en el sector primario y en la energía.
PEDRO SÁNCHEZ ATACA A IGLESIAS POR SUS CRÍTICAS A AMACIO ORTEGA
El magnate de Inditex fue el único empresario nombrado por el presidente en funciones. Pedro Sánchez utilizó la figura de Amancio Ortega para intentar desgastar a Pablo Iglesias, que insiste en sus críticas al fundador de Zara por sus donaciones. En una de las interpelaciones directas del socialista al líder morado, Sánchez cuestionó que Podemos ataque la ética de Ortega, pese a donar recursos a causas como el combate del cáncer infantil.
ASCENSO DE NADIA CALVIÑO
El presidente en funciones sorprendió prometiendo que la coruñesa Nadia Calviño será su próxima vicepresidenta económica, hipotético nombramiento que Iglesias criticó ante lo que ve como un perfil proclive a plegarse a las políticas liberales de Bruselas como la mochila austriaca. Sánchez prometió además dedicar recursos a la transición ecológica en lugares como A Coruña, lo que se puede interpretar como una referencia a la crisis de Endesa As Pontes.