La Xunta de Galicia exigirá que "se siga manteniendo" el nivel asistencial y la calidad contemplada en el actual concierto con el hospital Povisa, así como los puestos de trabajo, "con independencia de quién sea el propietario" del centro sanitario.
Así lo ha trasladado el vicepresidente del gobierno gallego, Alfonso Rueda, quien ha recordado que Povisa tiene un concierto en vigor con el Sergas (hasta 2022), en virtud del cual atiende a una importante población del sur de Galicia (unos 135.000 pacientes).
"La Xunta lo que va a exigir es que el nivel asistencial que se presta, que es el adecuado, se siga manteniendo, con independencia de quién sea el propietario. Que el concierto siga teniendo la misma calidad, y si se mantiene así, la Xunta no tendrá nada que decir", ha proclamado Rueda, quien ha precisado que Povisa es "un hospital privado".
Asimismo, el vicepresidente del Ejecutivo autonómico ha expresado su esperanza de que los posibles cambios en la propiedad del hospital no afecten ni al concierto "ni a los puestos de trabajo". "Vamos a reclamar información que garantice que el concierto se siga prestando en las condiciones adecuadas, y esperamos que todo esto haya sido tenido en cuenta, y que todo discurra con normalidad", ha apostillado.
Povisa, el mayor hospital privado de Galicia, ha admitido que ha mantenido "conversaciones" con el Grupo Ribera Salud (propiedad de la aseguradora americana Centene Corporation) para la venta de este centro sanitario, aunque ha recalcado que dichos contactos todavía "no se han concretado en ningún acuerdo", y son conversaciones "del mismo" calado que otras, mantenidas con otras empresas interesadas en la compra de Povisa.
El hospital vigués, del grupo empresarial Nosa Terra XXI, solicitó hace un año el preconcurso de acreedores, al declarar pérdidas de 7 millones de euros (que atribuía a las condiciones del concierto con el Sergas). Esa situación se 'salvó' tras un acuerdo con Sanidade, que aceptó pagar gastos farmacéuticos que hasta entonces no asumía, además de reconocer una serie de deudas, a cambio de pagar menos por cada paciente atendido en el marco del concierto.