Que los debates se desarrollan a través de los medios de comunicación es un hecho que nadie pone en duda, lo vienen haciendo hace ya unos cuantos años. Es más rápido, sencillo y no tienes al destinatario delante. Cosas de las estrategias, las nuevas tecnologías y, además de todo ello, llega a la ciudadanía.
Horas antes de que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, presentara en sociedad las 370 medidas que ofrece a Podemos para seducirlo, Pablo Iglesias era entrevistado en TVE y manifestaba que las propuestas del líder socialista son promesas, promesas, promesas. Vamos, que no se fía de su palabra porque según él, hay documentos que han firmado y luego no se han llevado a la práctica. Ya se dice que las grandes promesas suelen ser muy sospechosas.
El líder de la formación morada, en plena forma dialéctica, le ha enviado varios mensajes al presidente en funciones recordándole que quieren estar en la mesa del consejo de ministros, que no acepta los abundantes cargos de segundo y tercer nivel -según él interpreta- que le ofrece y que va a seguir dando guerra. ¿Pero tiene tanta gente preparada Podemos para ocupar los cargos? Algunos sí; la mayoría son aspirantes a un buen salario mensual.
La escenificación mediática de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, con intermediarios de por medio, sigue poniendo de manifiesto sus desencuentros que al final han llegado al límite de no soportarse, a la desconfianza mutual y a un casi odio personal y político: no hay empatía y voluntad de tenerla. Iglesias quiere erigirse en el controlador del Gobierno, el Pepito Grillo cuya misión es conseguir que el Gobierno aplique su programa y, si no lo hace, lo denuncia públicamente. Vamos, que es tener al enemigo dentro de casa. Mientras, a Sánchez, esta actitud de "defensa" de las esencias le pone los pelos de punta.
En este estado de cosas, con tanta propuesta programática que más bien parece el programa electoral, si Podemos no lo acepta, Sánchez tiene más argumentos para convocar elecciones. Hay que decirle a la ciudadanía que no hay manera de llegar a acuerdos con los morados. Una estrategia que se la está poniendo en bandeja la joven formación y sus dos líderes, Iglesias y Montero. La situación es de "guerra" y en ella siempre hay un vencedor, para eso se hacen. Pero el resultado final, como afirmaba Nietzsche es que 'La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido'.