Un vertido de purines, declarado el pasado lunes y causado por una explotación ganadera asturiana, ha provocado una crisis tanto económica como medioambiental en la zona del río Eo a su paso por Ribadeo y Trabada.


Carteles prohibiendo el baño en la zona afectada


El vertido tuvo lugar el pasado fin de semana, en la madrugada del sábado al domingo, cuando se produjo una rotura en uno de los tubos de la balsa de purines de la explotación ganadera, localizada en el municipio asturiano de Vegadeo. Hasta 350.000 litros de purines –aunque algunas fuentes cifran el vertido en torno al medio millón de litros– se vertieron al agua, afectando a las localidades de Vegadeo y Castropol en Asturias y las citadas Ribadeo y Trabada en Galicia.


El vertido puso en alerta los cuerpos del GES de A Pontenova, Protección Civil, Policía Local de Ribadeo, Guardia Civil, técnicos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y del Servizo de Gardacostas de Galicia, que trabajan para controlar el vertido y mitigar sus efectos.


RIESGO MEDIOAMBIENTAL

Ante esta situación, la Dirección General de Pesca Marítima determinó el cierre cautelar de la zona de producción de la ría del Eo, poniendo en jaque a toda la economía pesquera y marisquera de la zona, además de evidenciar el riesgo medioambiental que corren las especies de animales y plantas que ocupan tanto la ría como el entorno del Eo.


También se iniciaron las labores de limpieza mediante la instalación de barreras pantalla y el análisis de las orillas del río para saber si es necesario descontaminarlas. Por desgracia, los resultados de los análisis de las muestras tomadas no estarán disponibles hasta finales de la presente semana o incluso hasta principios de la semana próxima, por lo que las medidas cautelares pueden prolongarse hasta que no se tenga una confirmación científica del estado de las aguas.


De igual manera, además de cerrar la zona para el marisqueo, el Principado recomienda no bañarse ni en los ríos ni en las desembocaduras de los caudales afectados, una decisión que también perjudica al sector turístico. Los ayuntamientos gallegos afectados han imitado las medidas del gobierno asturiano, pidiendo a los vecinos y visitantes que se abstengan de bañarse en las playas próximas al río Eo, una decisión que afecta a los arenales de Os Bloques y O Cargadoiro.


El punto positivo es que el servicio de agua potable de las dos localidades gallegas no se ha visto comprometido pese al vertido y no corre ningún peligro. La propia alcaldesa de Trabada, Mayra García, aseguró que el suministro de agua estaba “garantizado” ya que, a diferencia del caudal del Eo, el abastecimiento municipal "afortunadamente no está contaminado”


RESPONSABILIDADES

Las autoridades gallegas y asturianas colaboran estrechamente para identificar a los posibles responsables de esta catástrofe medioambiental. "Esta Delegación del Gobierno tiene constancia del desarrollo de las labores coordinadas de investigación y análisis de las causas que ocasionaron este vertido y sus posibles consecuencias", anunció el lunes la Delegación del Gobierno asturiana, mientras prosiguen las investigaciones.


En la misma línea, desde En Marea han anunciado que llevarán al Parlamento de Galicia una denuncia por la contaminación producida en el río Eo con el fin de que el gobierno autonómico “investigue y depure responsabilidades”.


Por su parte, desde la Xunta de Galicia han activado los protocolos de prevención para tratar que el vertido tenga el menor impacto posible en las zonas de marisqueo, tal y como confirmó Rosa Quintana, conselleira de Mar. "Si se detectara alguna situación de riesgo, por supuesto, prohibiríamos la extracción de bivalvos por contaminación", reconoció la conselleira, al tiempo que destacó el trabajo de vigilancia de los Guardacostas y los análisis que están realizando los biólogos de Intecmar.


La conselleira de Mar Rosa Quintana 


Quintana también ha insistido en que la prohibición de extracción de bivalvos en la zona nada tiene que ver con el vertido, sino por “no ajustarse al plan de explotación”. Con todo, en el momento en el que se dé luz verde al marisqueo, se intensificarán los controles. "Hay que recordar que ha sido río arriba y es de suponer que el proceso de dilución haga que no se dificulten las labores de marisqueo", ha zanjado la titular de Mar.


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