Pedro Sánchez le devuelve la moneda al PP. Al igual que hiciera Rajoy, usa una reunión ocn el monarca para amenazar con nuevas elecciones si PP o Ciudadanos no se abstienen, dado que Podemos sigue sin dar su brazo a torcer.
Pedro Sánchez parece tener claro que quien dice que es su principal socio de Gobierno, Podemos, no le va a poner las cosas fáciles y que es muy probable que se tenga que ir a nuevas elecciones. Pese a los movimientos de los últimos días en las filas socialistas para tratar de convencer a los de Pablo Iglesias de que acepten su propuesta de gobierno de colaboración, éstos no parecen estar por la labor. Así que el líder del PSOE ha iniciado una nueva estrategia.
Varias fuentes indican que Sánchez estaría tratando de buscar al rey Felipe VI para que sea el encargado de transmitir a los dos principales partidos de la oposición de que si no se abstienen se deberán convocar nuevas elecciones.
Con este nuevo movimiento del PSOE se pretende forzar la abstención de, al menos, el partido naranja, en caso de que Podemos no apoye un gobierno enteramente socialista. Se trataría, según fuentes socialistas, de que o los de Albert Rivera o los de Pablo Casado, hicieran un acto de responsabilidad democrática y evitaran a los españoles a tener que acudir de nuevo a las urnas.
Este gesto de Pedro Sánchez de visitar al rey para pedir una abstención, no es nuevo. De hecho, el líder socialista recuerda que en septiembre de 2016, cuando Rajoy no lograba un acuerdo, fue el mismo Felipe VI quien realizó una serie de llamadas a los distintos partidos políticos para asegurarse de los apoyos con los que contaba el PP y si eso iba a llevar a unos nuevos comicios.
El resultado de esas llamadas del rey acabó con la destitución de Pedro Sánchez por parte de la ejecutiva del PSOE de la calle Ferraz y con la siguiente abstención de los socialistas y que llevó a Rajoy a repetir como presidente del gobierno.
Ahora, Sánchez juega con la misma moneda. De este modo, por un lado presionaría a los de Podemos a tratar de decir sí a un acuerdo para la investidura y, por otro, trataría de jugar la baza de la responsabilidad democrática para que el PP o Ciudadanos decidieran abstenerse y evitar ir a elecciones en septiembre.