Pocas veces en la corta historia de la democracia española recibió un partido tales ataques (políticos, judiciales, mediátiocos) como viene recibiendo PODEMOS (ahora UNIDOS PODEMOS) desde el mismo momento de su aparición en la escena política. No le conceden ni un momento de respiro los atacantes (políticos, periodistas, élites, etc.). Pocas veces un líder político (quizás solo Adolfo Suárez en sus últimos años) fue objeto de tal inquira y hostilidad, de tan constante persecución como Pablo Iglesias.


La explicación hay que buscarla en que, hoy por hoy, y a pesar de sus grandes errores políticos, alguno de considerable dimensión, son la única fuerza antisistémica a nivel de estado. Son la fuerza que puede evitar, o cuando menos dificultar,  la gran alianza que los poderes  fácticos y sus altavoces llevan algún tiempo promoviendo por tierra, mar y aire: la alianza PSOE- Cs.


Así no vemos que pase un día sin que los altavoces al servicio del régimen monárquico saquen alguna noticia a mayor parte de las veces inventada bien sobre problemas internos de PODEMOS, bien sobre determinadas prácticas de dudosa legitimidad de alguno/a dirigente, bien sobre supuestas financacións externas (Venezuela, Irán, ...), todas dirigidas a perjudicar la imagen de este partido. ¿Qué importa que nunca se lleguen a demostrar la mayoría de estas acusaciones, que importa que en la mayor parte de los casos sean noticias falsas, qué importa que se describan actos nunca realizados, qué importa incluso que las prácticas periodísticas y políticas que se utilizan para así desprestigiar la UNIDOS PODEMOS y a su líder Pablo Iglesias rocen claramente la ilegalidad?. Tú mancha que algo queda.


¿Qué importa que este partido, la diferencia de los partidos sistémicos, no haya estado, al día de hoy, envuelto en ningún caso de corrupción?, ¿qué importa que no se podan demostrar tales infundías y mentiras a pesar de haber utilizado incluso los servicios secretos y las cloacas para obtener una información que no existe?. Hay que recordar, por caso, las maniobras de una llamada “brigada patriótica” que, formada por altos mandos policiales al cargo del comisario J.M. Villarejo bajo la cobertura política del Ministro de Interior (Fernández Díaz) y la propia Presidencia de gobierno (Mariano Rajoy) y financiada con fondos reservados, había sido creada con el objetivo de destruir la reputación de los dirigentes de PODEMOS y también de los partidos catalanes independentistas (ERC y JxCat).


Maniobras de desprestigio y deslexitimación que llegan a tal grado de desfachatez como negarle el derecho la PODEMOS de querer entrar en el próximo gobierno que me fuere Pedro Sánchez. Incluso a Pablo Iglesias el derecho a un Ministerio. ¿Acaso el PSOE a pesar de ganar las elecciones no tiene un número de diputados insuficiente para gobernar en solitario y sin apoyos? ¿Acaso no precisa de aliados para gobernar?. Por que un partido (PODEMOS) que recibió el 11,4% de los votos y cuenta con lo 10% de los diputados no puede aspirar a formar parte de un tal gobierno? ¿Por que Pablo Iglesias no puede aspirar a ser ministro?. Resulta patético ver la brunete mediática, española y gallega, intentar deslegitimar estas lícitas y fundamentadas aspiraciones políticas.


Resulta patético también por que los demás partidos del arco parlamentario, ni siquiera el PSOE, no reciban tales ataques deslegitimadores a pesar de estar alguno de ellos, como el Partido Popular (PP), plagado de corrupción y miseria política por todas partes.


Por que no nos engañemos. El objetivo de tales ataques y volver a los tiempos del bipartito monárquico cuando el sistema salido de la transición española garantizaba la hegemonía a las fuerzas dominantes en España (la banca, mayormente) y el poder alternativo a sus partidos sistémicas y monárquicas (PSOE y PP). Una tranquilidad que, hoy por hoy, solo puede romper PODEMOS a nivel de estado y las fuerzas emergentes en las comunidades.


Se equivoca Pedro Sánchez se intenta aprovechar esta situación por que la mayor garantía que tiene el PSOE de poder poner en práctica, sí así lo desea, las políticas progresistas que dice defender y el apoyo de PODEMOS y las fuerzas emergentes como se demostró en la reciente moción de censura.



Sé cuáles son los objetivos reales de sus atacantes: evitar que las políticas que se aplicaron hasta ahora, y que tanto dolor y sufrimiento están causando entre las clases populares, dejen de aplicarse.  


Tengo importantes diferencias políticas con la línea que sigue UNIDOS PODEMOS y su líder Pablo Iglesias. No pertenezco, ni voto, a esta organización con la que, repito, tengo importantes diferencias: sus actuaciones en Galicia no cabe mas que calificarlas de nefastas para la izquierda antisistémica gallega. Pero, como ya hice otras veces, no puedo callar delante de tal hostilidad y persecución a un partido democrático. No puedo callar tanto por el trato injusto y mezquino de que está siendo objeto esta organización cuanto por que sé cuáles son los objetivos reales de sus atacantes: evitar que las políticas que se aplicaron hasta ahora, y que tanto dolor y sufrimiento están causando entre las clases populares, dejen de aplicarse. No puedo callar por que estos continuos ataques a UNIDOS PODEMOS son ataques a una democracia como la española que, al día de hoy, aun es muy deficitaria.




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