Los socios del Centro Gallego de Buenos Aires ratificaron el pasado martes el principio de acuerdo para la cesión del hospital, motor de la que fue la mayor de las instituciones gallegas en la emigración. La empresa Buenos Aires Salud (BASA Salud) lo dirigirá durante los próximos 30 años. El grupo argentino de los hermanos Olmos se hacen, además, con una opción de compra del inmueble. Ramón Suárez, ganador de las últimas elecciones internas, explica, en conversación con Galiciapress el alcance del acuerdo.
Sede del CEntro Gallego en Belgrano
El patrimonio cultural del Centro -impagable, ya que atesora una valiosa pinacoteca privada y miles de volúmenes- parece a salvo. "El contrato prevé que, la biblioteca, el teatro, la actual sala de sesiones de la junta directiva y un bajo sobre la Av. Belgrano conocido como 'el banquito' seguirán siendo espacios a utilizar por la mutual", relata O Muxo desde Buenos Aires. Los gallegos de Buenos Aires, aunque pierden el control del enorme y céntrico predio de Belgrano, conservan pues lugares donde proseguir con sus actividades culturales y preservar el patrimonio cultural.
A Familia do Crego, una de las obras de Castelao que posee el Centro
El periodista gallego-argentino se muestra satisfecho porque el acuerdo garantiza también que los socios del Centro Gallego tendrán una cobertura médica eficaz. "El grupo BASA se compromete a prestar atención sanitaria a los socios actuales e incluso se nos faculta para incorporar nuevos", asegura.
Dado que el pacto también permite salvar las enormes deudas con los trabajadores, Suárez entiende que está en disposición de asumir la presidencia del Centro: "creo que el acuerdo satisface mis inquietudes y estoy dispuesto a asumir cuando lo disponga la autoridad judicial". Y es que el informador había dicho que no tomaría posesión del cargo hasta que lograse formalizar un acuerdo que saldase las deudas con los operarios y garantizase la cobertura sanitaria a los socios que quedan.
La Justicia argentina gestiona el Centro desde hace años. La labor del actual interventor es muy polémica, dado que muchos trabajadores lo acusan de vaciar durante estos años el hospital, permitiendo su quiebra y facilitando lo que algunos operarios denunciaron como un "pelotazo urbanístico" en plena zona noble de Buenos Aires.
El acuerdo abre la puerta a que los socios vuelvan a recuperar el mando del día a día del centro a través de A Terra, la agrupación con la que Suárez ganó las elecciones con el 67% de los votos a finales de 2018.
Una pasada protesta de las trabajadoras
O Muxo admite que ha sufrido muchos "sinsabores" en estos meses pero se muestra satisfecho con la resolución, pues además de la dificilísma situación que arrastran cientos de operarios -a los que se les debe meses de salario- hay tensión entre las diferentes agrupaciones entre las que está dividida la menguante masa social, unos 4.000 socios de los más de 100.000 que tuvo.
"LA PÉRDIDA DE LOS LADRILLOS ERA INEVITABLE"
Sin embargo, en términos generales, se muestra satisfecho. "Valió la pena, la pérdida de los ladrillos era inevitable, pero los socios y socias tienen garantizada de por vida aquello que en su momento nos acercó a la casa, la atención de nuestra salud", declara. De cara al futuro, promete que "no cejaré en mi empeño para que el rico patrimonio cultural gallego-argentino perdure inmaculado a perpetuidad".
Asamblea del Centro Galelgo que aprobó el acuerdo con el grupo Olmos
Un optimismo que no atenúa sus críticas a la labor del Gobierno de España y de la Xunta de Galicia. Ya no les pide ayuda, sino "no seguir obstaculizando nuestro derecho de supervivencia".
Suárez recuerda que lleva meses intentado que restituyan al Centro en la dirección de Ospaña. Esta es la fundación creada por las administraciones españolas para dar atención sanitaria a la diáspora argentina. Muchos socios del Centro creen que la apuesta por Ospaña contribuyó al vaciamento de la histórica institución.
Parece así que el Centro Gallego ha salvado un match ball y no quebrará definitivamente, aunque haya perdido por el camino uno de los edificios más emblemáticos de la historia de Galicia.
Quedan, en todo caso, algunas incógnitas por despejar. Tal vez la más importante es la verdadera intención de BASA Salud. Los empresarios Olmos tienen buenas conexiones políticas -gestionan varios medios de comunicación- y el tiempo dirá si realmente pretenden rehabilitar el hospital -que está muy deteriorado y necesita una enorme inversión para hacerlo funcional- o simplemente hacerse con un enorme inmueble en la zona noble de Buenos Aires para otros fines.