Iago Aspas tiene el alta médica y regresará este fin de semana a los terrenos de juego después de varios meses de ausencia.


Aspas regresa a los terrenos de juego tras tres meses


‘El Cid’ es el tratamiento que los árabes le dieron a Rodrigo Díaz de Vivar, una de las figuras míticas de la historia de España, como reconocimiento a sus conquistas y para reconocer el respeto que le profesaban. Hombre de honor, su figura inspiró canciones, leyendas y un sinfín de obras que están inexorablemente unidas al periodo de la reconquista. Bueno…pues Iago Aspas no merece que se refieran a él en términos más bajos.


En el vestuario del Celta de Vigo el de Moaña es el Campeador, el faro al que buscan los compañeros para que ilumine la senda de victoria y el primero en encabezar la tropa que se dispone a la batalla. Con él en el verde, los campos conquistados por los celestes se cuentan por centenas en los últimos años. Y ahora, superado el calvario que lo ha tenido meses lejos de los terrenos de juego, ‘El Cid de Moaña’ está listo para prestar un nuevo servicio a la causa celtiña y guiar a los suyos en la Reconquista.


EL REGRESO

Iago Aspas ya puedo volver a las pistas. El revolucionario tratamiento con el que el equipo médico de la entidad olívica trató de recuperar al ‘Principe de las bateas’ parece haber dado sus frutos. Caído en combate en el Camp Nou justo antes del parón navideño, Aspas sufrió una recaída el 16 de febrero en el calentamiento ante el Levante, lo que prolongó su estancia entre algodones y dejó en vilo a toda la parroquia celtiña, que sin su líder se vio todavía más perdida en una temporada ya de por sí extraña.


Las lesiones lo han tenido en el dique seco desde diciembre, a excepción de unos testimoniales 24 minutos en la derrota ante el Getafe aquel 16 de febrero. En total, diez encuentros con el ariete en la grada, que como un león enjaulado solo pudo ver impotente como su equipo se precipitaba al abismo.


Y en ese tiempo, el Celta no ha podido echar más de menos a la Tizona del diez, sobre todo porque a pesar de los tres meses de inactividad sigue siendo el máximo goleador del equipo con diez dianas. Desde la lesión, los vigueses solo han ganado un partido, sumado un empate y anotado únicamente 8 goles en once encuentros. Además de la grada, quienes más lo han echado de menos han sido sus compañeros, especialmente Maxi Gómez, que sin la referencia de su compañero de fatigas ha visto mermada su aportación ofensiva. Es más: el Celta no ve puerta desde hace un mes y ante el Villarreal fue la última vez que festejó una victoria a domicilio. Demasiadas cosas para el regreso de Aspas.


LA RECONQUISTA

Ya sea parte del once o partiendo desde la banqueta, Fran Escribá tiene claro que contará con Iago Aspas. “Es un jugador que vive del talento antes que del físico y aunque no esté en su mejor condición física está disponible”, razonó el adiestrador, que afronta su tercer duelo al frente de la nave celeste. Ahora por fin cuenta con toda la artillería, justo en una semana en la que el Celta se juega prácticamente la temporada en tres partidos cruciales, con visita a Huesca entre semana.


El regreso del de Moaña ha generado mucha expectación y coincide, como no podía ser de otra forma, con la fiesta de la Reconquista, una festividad que celebra el levantamiento popular de la ciudad contra el ejército francés. En ese espíritu guerrero se apoyan los gallegos para intentar hacer frente a las diez finales que les quedan, aunque en este caso la Reconquista se asemeje más a la de los reyes castellanos que resistieron en un reducto del norte peninsular a la invasión árabe. Porque al Celta no le va a valer solo con ganar las batallas en Vigo. Poner su estandarte en toda la geografía nacional es la hercúlea tarea que tienen por delante.


Como con Don Rodrigo, Iago inspira temor en los enemigos, hasta lesionado. Por eso no podemos descartar que, como ocurrió miles de años atrás durante la defensa de Valencia, Escribá opte por atar a Iago a lomos de algún corcel de espaldas anchas, como Araujo o Hoedt, y que su sola presencia sirva para ganar batallas. Como buen valenciano, el técnico tiene la lección bien aprendida y sabe que vale más un héroe muerto que un batallón vivo. Al Cid de Moaña le quedan aún esta y muchas más batallas. La más difícil ya la ha ganado. Empieza la Reconquista.

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