La actitud de los padres y las madres en los campos de futbol gallegos pone en alerta a las instituciones de fútbol del país.
¿Hasta qué punto de locura ha llegado el fútbol cuando un partido de prebejamines entre AJ Lérez y a la EFB Moañesa tiene que ser suspendido por altercados en la grada? Esos niños y niñas intentan disfrutar del futbol y no superan los 8 años de edad, pero algunos padres creen que su hijo juega en la Liga de Campeones y se comportan como auténticos hooligans. La escena vivida en el campo de fútbol de A Xunqueira no es algo extraordinario, ya que todos los fines de semana ocurren hechos similares en los campos de España.
Esto ha puesto en alerta a la Real Federación Gallega de Fútbol, que ha decidido tomar cartas en el asunto y celebrará la primera reunión de este nuevo mandato del Comité Gallego de Fútbol Base. En ella se tratará en primer lugar la violencia en los partidos de fútbol base, fijando el foco en los padres y madres y en la actitud de estos. La Federación ya ha comunicado que “condena todo tipo de violencia, física o verbal, que se produce en un campo de fútbol".
EL ACTA
La Federación condena “los últimos y lamentables acontecimientos” y trabaja para acotarlos lo antes posible, si bien este es un problema cultural que va más allá de los terrenos de juego. Si no, es imposible explicar el acta de Vázquez Castro, trencilla en ese encuentro, que en el minuto 20 de partido y con un luminoso de 3-0 apuntó que “aficionados de ambos equipos, en su casi totalidad madres y padres de los jugadores, se enzarzan en una discusión que va subiendo de tono hasta el punto de convertirse en una pelea, teniendo que intervenir las fuerzas del orden".
La decisión del colegiado de parar el encuentro estuvo motivada por “la gravedad de los hechos y la corta edad de los jugadores", apoyada a su vez por la conformidad de los dos delegados. Además, la propia Federación dio herramientas a los árbitros para tomar este tipo de decisiones. Hace dos años, el Comité de Fútbol Base, aprobó la medida por la cual el árbitro puede suspender un partido “en caso de producirse algún tipo de violencia desde la grada, incluso si esta fuera verbal, con insultos al propio árbitro, a entrenadores o jugadores”.
En esta ocasión, el jaleo en la grada llegó a tal punto que tuvieron que intervenir agentes de la Policía Local y al menos una persona fue herida, si bien las agresiones tuvieron a varios protagonistas en un partido en el que, los únicos protagonistas son los más pequeños. Niños y niñas, recordamos, que no superan los 8 años. Tenemos mucho que aprender de ellos.