También conocida como EY. Es una de las más importantes firmas de servicios profesionales del mundo, que incluyen auditoría, impuestos, finanzas, contabilidad asesoría legal, servicios de cálculos y estudios actuariales y asesoramiento en la gestión de la empresa. EY es una de las llamadas Big Four, las cuatro empresas más importantes del mundo en el sector de la consultoría y auditoría.
Así define Wikipedia a la Consultora encargada de realizar los trabajos que aportarán datos determinantes sobre lo que, los sindicatos representativos, defendieron a lo largo del proceso de negociación de la equiparación salarial, que los 807 millones eran insuficientes para alcanzar la equiparación con los Mossos.
Precisamente, gracias a la responsabilidad de los sindicatos, se incluyó una cláusula, mediante la que, la Secretaría de Estado de Seguridad se comprometía a contratar los servicios de una consultora externa que fijase criterios objetivos de análisis para garantizar que los 807 millones pactados suponían “la equiparación salarial total y absoluta”. Esa fue la forma de desbloquear la negociación y acercar posturas, después de que los representantes sindicales se levantasen de la mesa de negociación.
La cláusula primera del acuerdo de equiparación salarial publicado en el BOE del día 20 de marzo de 2018, es ahora el argumento utilizado por aquellos que renegaban del documento.
Los trabajos de EY, no habrán sido nada sencillos. Con la opacidad y falta de colaboración del Cuerpo de los Mossos y con los distintos puestos de Catálogo de Policía Nacional y empleos de Guardia Civil, productividades y territorialidades varias, la auditoría de los salarios de los tres Cuerpos, puesto por puesto, presentaba sus dificultades. El pasado día 5 de marzo expiraba el plazo para la entrega de los resultados y aunque fueron enviados a Interior, el 25 de febrero, todavía no se han trasladado a los firmantes del acuerdo, motivo por el que, en el día de ayer, desde el SUP, se presentó una denuncia a través del Portal de Transparencia. Sus informes, son la mejor manera de obtener, de forma objetiva la diferencia real entre Cuerpos.
En el último año y medio, ha habido mucha manipulación, comparando importes brutos con netos de distintas nóminas o jugando interesadamente con IRPF, productividades u otros conceptos retributivos.
Muchos compañeros, aturdidos en un primer momento por el devenir de populismos alejados de la realidad, están abriendo los ojos, confiando de nuevo en aquellos que defendíamos la firma del acuerdo, que aconsejaban no tensar más la cuerda, que corríamos el riesgo de perder la oportunidad que se nos presentaba, con otros colectivos presionando, con la pérdida del apoyo de medios y sobre todo, de la ciudadanía. Pero, sobre todo, esta certidumbre, llega tras ver cómo se van cumpliendo plazos y cantidades anunciadas por los sindicatos. Que, en poco más de 6 meses, tengamos un incremento mensual en nómina de 380 euros brutos, el SUP, ha tenido mucha culpa. Y también en que el % de reparto del dinero correspondiente a esta anualidad, se haya incrementado en un 1,72% a favor de Policía Nacional. La secretaria general del SUP, única mujer, ha demostrado su inteligencia y arrojo, llevando las negociaciones a buen puerto.
Prueba del mérito alcanzado, es que esta misma semana, los Guardias Civiles se han manifestado por los porcentajes del reparto entre Cuerpos. Es lícito mostrar su malestar, pero deben tener en cuenta un aspecto que aguardemos que plasme EY en sus conclusiones: los 33.800 pabellones de los que disponen, de los cuáles, el 77% están ocupados y que disparan la diferencia salarial entre Guardia Civil y Policía Nacional, siendo éste último, a día de hoy, el Cuerpo peor pagado y con peores medios del Estado. Sobre el asunto de las viviendas para GC y en el % de reparto, me pregunto qué opinión tiene Justicia Salarial Policial al respecto.
Para concluir, tenemos un gran acuerdo, que culminará en 2020. En breve, conoceremos las conclusiones del estudio de EY, que previsiblemente arrojará la necesidad de inyectar más dinero para alcanzar la equiparación. Y mientras tanto, la ILP, tendrá que esperar unos meses más para ver si tiene recorrido o no. Ojalá lo tenga, pero conseguir la equiparación a través de la misma, era encomendarse a un milagro, con la situación de inestabilidad política de los últimos 10 meses y con la demora en su tramitación. En la misma línea, esta semana, Unidos Podemos, de la mano de JUSAPOL, hacía públicas las enmiendas al articulado de la Iniciativa, llamando la atención como proponen que trabajemos 38 horas más al año gratis, el olvido de la Reclasificación al Grupo B, la referencia a los caducos jefes centrales o como pretende equiparar a un Inspector NCD 25 con un Alférez NCD 23, entre otros gazapos de bulto. Sin embargo, a la ILP, le daremos el tiempo que a nosotros no nos concedieron.