La intervención el pasado jueves del líder de ERC ha despertado un cierto malestar entre varios magistrados.



Junqueras se sentó ante el Tribunal Supremo y declaró sentirse un preso político, amar a España y que votar no es delito. Unas declaraciones que poco o nada tienen que ver con los hechos por los que se le juzga a él y al resto de personas que deben comparecer ante el Supremo, los del 1 de octubre.


El no ajustarse únicamente a lo ocurrido en el 1-O ha creado un cierto malestar entre varios jueces, que señalan a Manuel Marchena como el culpable de que el exvicepresidente del gobierno catalán convirtiese su declaración “en un mitin”. 


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