La escritora y académica de la Real Academia Gallega Marilar Aleixandre atiende a Galiciapress para hablar de feminismo, del papel de la mujer en las letras o de los episodios machistas que sacudieron recientemente a la USC.
La escritora Marilar Aleixandre
Poeta, narradora, bióloga, traductora, profesora, académica…es muy difícil definir a María Pilar Jiménez Aleixandre, conocida por todos por Marilar Aleixandre. Aunque nació en Madrid, Marilar creció lejos de la capital. Ceuta y Córdoba la vieron crecer, pero ahora es una gallega más, aunque admite sentir saudade por cada uno de los sitios en donde vivió. Eminencia en la literatura gallega y miembro de la Real Academia Gallega siendo una gallega de adopción, uno de los pocos casos que se han dado en la institución junto con el del asturiano Constantino García, como recuerda ella, Marilar Aleixandre es un ejemplo de compromiso con las letras gallegas, con la cultura y con la lucha feminista.
De hecho, lo primero que hizo nada más ingresar en la Real Academia Galega fue reivindicar el papel de la mujer y el feminismo, tanto en las letras como en la sociedad. “No se puede separar el papel de las mujeres, ya sea en las letras, en las ciencias o en cualquier otro ámbito del contexto social en el que vivimos”, admite la escritora, sobre el papel que juegan las mujeres en la cultura gallega.
“Creo que las mujeres siempre hicieron grandes aportaciones, pero fue el sistema patriarcal el que impidió que pudiéramos acceder a muchos campos, porque es un sistema para excluir sistemáticamente a las mujeres o directamente silenciarlas”, lamenta Marilar, sobre los problemas que tuvieron las mujeres para acceder a mundos, como el de las letras, que durante años fueron un coto privado para los hombres.“Las letras no son ajenas a esto, aunque ahora está cambiando la cosa, pero durante mucho tiempo vimos como las editoriales, las instituciones, los críticos literarios, los jurados de los premios literarios…todo estaba copado por hombres y no siempre con una perspectiva progresista”, ilustra la académica, que tiene como ejemplo y referente a dos pilares de lo que fue y es Galicia: Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán.
“En las letras en Galicia nadie puede negar el papel de las mujeres como Rosalía de Castro, que es la madre de la literatura gallega, o Emilia Pardo Bazán”, expone Marilar Aleixandre, reivindicando que en el caso de Rosalía es una figura “que no se reconoció hasta hace poco y hoy podemos decir que su obra es feminista porque es la primera que da voz a las mujeres”. Como ejemplo, la académica cita uno de sus poemas en el que reza: “Daquelas que cantan as pombas i as frores / todos din que teñen alma de muller / Poiseu que n'as canto, Virxe da Paloma, / ¡Ai!, ¿de qué a teréi?”. “Ella cantaba a la inmigración, a los problemas sociales...Inició batallas en muchos frentes, algo en lo que fue pionera”, recalca la escritora.
“Emilia Pardo Bazán creó el germen de lo que es hoy la Real Academia Galega, aunque nunca pudo entrar en la misma”, lamenta Marilar, que también destaca el episodio en el que Pardo Bazán presentó su candidatura para la Real Academia Española, “pero en su lugar escogieron a un señor de tercera, porque en ese momento las mujeres no podían entrar”. “Es la primera autora que podemos considerar claramente feminista, no solo en Galicia sino en España, por sus obras en las que habla del maltrato a la mujer y por ser una autora de gran modernidad”, destaca la escritora, subrayando a su vez que fue Pardo Bazán la que acuñó el término ‘miujericidio’, cuando antes se denominaban ‘crímenes de honor’.
Con todo, Marilar Aleixandre no bebe únicamente de Rosalía y Emilia Pardo Bazán, a las que hizo referencia en su discurso de investidura, sus referentes son los escritores de relato corto, como Eudora Welty o Alice Munro.
De ese germen que plantó Pardo Bazán forman parte a día de hoy 7 mujeres, tras la incorporación de Ana Romaní a la RAG, una llegada que para Marilar es “muy importante por su perspectiva feminista”. A pesar de esta llegada, los 7 puestos de los 30 posibles reflejan que aún falta mucho para llegar a una equidad de género. “Es una cosa social, la RAG no es distinta al resto de la sociedad, porque durante muchos años se consideró que con que hubiera un par de ellas ya era suficiente”, explica la académica, quien con todo destaca que “las cifras no son muy distintas a las que tienen la Real Academia Española o la Academia Francesa de la lengua, incluso la RAG tiene un porcentaje más alto de mujeres que otras entidades similares, pero no es cuestión de que entren o no mujeres, es cuestión de tener perspectiva en las cosas que se hacen y que los proyectos tengan la sensibilidad que acompaña el tiempo en el que vivimos”.
LA PAISAJE DE LAS MUJERES DE HOY
En su acto de investidura en la Real Academia Galega también hizo referencia al paisaje del país, la paisaje invisible y la paisaje soñada, con la que conviven muchas mujeres. Con todo, la Marilar Aleixandre valora todos los avances que se han dado hasta la fecha, considerando el feminismo como “es la única revolución del S.XX que realmente ha triunfado, en el sentido de que es la única que ha sido aceptada por una gran parte de la sociedad”. Sin embargo, como es natural, sabe que todavía queda mucho terreno por conquistar.
“Ahora hay más mujeres juezas que hombres, cuando antes su acceso estaba vetado”, pone de ejemplo Marilar, lamentando que esos avances no se vean “reflejados en la cúspide del poder judicial”. “Los derechos son importantes, pero es más importante que cambie la sociedad y es lo que está pasando, porque cada vez más gente comprende que no es normal que las mujeres ganen menos o que sean ellas las que asuman aun a día de hoy todo el trabajo doméstico”, afirma la escritora, a la que, después de una trayectoria tan larga y polifacética como la suya, no le son ajenos los casos de machismo.
“Yo empecé a trabajar en la universidad como entomóloga y cuando llevaba cuatro años el catedrático me dijo que no me iba a promocionar porque las mujeres no podían dedicarse a la investigación”, recuerda con amargura la escritora, cuya reacción en ese momento fue “coger la puerta e irme”. “Eso ha ido cambiando lentamente, pero aun a día de hoy en la USC las catedráticas representamos solo el 25% del total, algo que no se corresponde con el número de profesoras universitaria”, unas cifras bajas que Marilar achaca a que todavía estamos en un sistema “en donde el poder impide que muchas mujeres progresen, el llamado ‘techo de cristal’"
EL MACHISMO EN LA USC
A pesar de los muchos pasos dados en la dirección correcta, aun a día de hoy el machismo sigue golpeando con fuerza a la sociedad. No son pocos los casos de conductas machistas que copan las portadas de los periódicos y salpican a las instituciones. Instituciones como la USC, de la que Marilar Aleixandre forma parte, y que en los últimos años ha vivido episodios muy controvertidos en torno a alguno de sus docentes.
“Hay actos que son propiamente machistas y en la USC, en mi facultad hubo un profesor abiertamente homófobo, que tuvo conflictos por declaraciones en contra de los homosexuales, y luego está este profesor de económicas que se dedica a hacer comentarios sobre cómo va una chica vestida”, explica Marilar, mientras lamenta que el problema principal “es que hay algunos hombres que aún no comprenden que las mujeres no están ahí para su disfrute, y cambiar eso cuesta y durante mucho tiempo las instituciones hicieron lo vista gorda con estas personas”.
Sobre la forma como se debe atacar estas conductas, Marilar sostiene que es algo que se tiene que cortar de raíz y que las instituciones no pueden tener manga ancha con estos profesionales. “En mi facultad este docente sí estuvo sancionado, pero su conducta era conocida desde hacía mucho tiempo y no son pocas las personas que lo denunciaron”, sostiene la escritora, que se queja de que otros compañeros negaban conocer este tipo de comentarios cuando “eran de sobra conocidos”.
Marilar Aleixandre en la proclamación de Víctor Freixanes como presidente de la RAG
De igual manera, Marilar Aleixandre admite que desconoce cómo “la situación de ese profesor en estos momentos, porque es cierto que la legislación en ocasiones es muy proteccionista con la persona acusada”, pero que lo que quiere es marcar una distancia entre sus ideas y las medidas que tome la universidad en la que trabaja. “Yo no me hago solidaria de las decisiones que pueda tomar una institución a la que pertenezco, sea cual sea. Lo que tratamos de hacer las feministas es actuar en distintos frentes: por un lado conseguir más derechos y por el otro todo lo que es luchar contra el acoso”, remarca la escritora.
“En los últimos años se están visibilizando cada vez más casos de acoso, y eso es muy positivoporque creo que esto está cambiando, y es importante que el alumnado sea el que reaccione, tanto chicas como chicos”, valora Marilar, que pone como reflejo de este despertar de la sociedad el movimiento ‘#MeToo’ o las protestas que se sucedieron en varias ciudades españolas a raíz de la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra a ‘La Manada’.
LAS JOVENES DE HOY
“Hay una nueva conciencia entre la gente joven, porque ahora son capaces de reinterpretar novelas escritas hace 10 o 20 años en clave feminista, algo que ni la crítica de ese momento fue capaz de ver”, expone la escritora, algo que le ha ocurrido con varios alumnos de instituto que ahora ven en su novela ‘A expedición do Pacífico’, escrita en 1994 y que todavía a día de hoy es un referente en lo que literatura juvenil se refiere.
En cambio, sus novelas no tienen una finalidad didáctica con la que pretenda enseñar nada. “Con la literatura lo que intento es meterme dentro de la piel de otras personas e intentar profundizar en los conflictos que pueden tener, ese es el trabajo de un escritor”, destaca Marilar, que sin embargo reconoce que muchos de sus lectores se ven reflejados en sus textos.
“Hay muchas chicas de la ESO que ahora leen mis libros y lo hacen con un punto de vista muy distinto con respecto a cómo lo leía una chica de su edad hace 10 años”, comenta la escritora, quien considera de forma muy positiva ese “cambio de sensibilidad en la sociedad, porque ahora esa perspectiva está mucho más presente, y un ejemplo es el periodismo que persigue mucho más las actitudes machistas”.
¿ES MACHISTA LA LENGUA?
En los últimos años ha crecido el uso del lenguaje inclusivo. Diversos colectivos abogan por establecer un género neutro en la lengua, en donde el masculino suele ser la voz utilizada para englobar a los dos géneros. “La lengua representa la gente que la habla. Hay una serie de expresiones en la lengua, por ejemplo: ‘Mujer publica’ como sinónimo de prostituta; ‘Hombre público’ sinónimo de ministro. Cuando se utiliza el masculino como genérico lo que hace es ser un son reflejo de la sociedad patriarcal, porque pensamos con palabras, y eso es distinto que si pensamos con palabras inclusivas”, afirmar Marilar.
Esta pelea con el lenguaje inclusivo viene de muy atrás, como comenta la escritora. “En la Declaración Universal de los Derechos Humanos figuraba en un primer momento ‘Todos los hombres son iguales’ y fue una activista india la que hizo que se cambiase la redacción de la declaración para que pusiese ‘Todos los seres humanos son igual’, con el objetivo de no hubiese posibilidad de que el texto fuese sometido a dobles lecturas que pudieran quitarle a las mujeres sus derechos”, afirma Marilar Aleixandre, que recuerda el caso de libros de texto “en libros donde te hablan por ejemplo de los antiguos egipcios pero en la siguiente línea ya te habla de las mujeres del Antiguo Egipto…el genérico sigue usándose solo para hablar de los varones”.
“En la RAG las personas que se encargan de la lexicografía son sensibles a esto, y un ejemplo es que en el diccionario online de la academia se puede encontrar la definición de una palabra tanto si la buscas en su voz masculina como femenina, algo que no hace la RAE. Esto no cambia nada, pero es importante porque es un paso hacia la igualdad”, expone la académica, quien en su día también tuvo que batallar durante año para que la ‘Asociación de Escritores’ pasase a ser ‘Asociación de Escritores y Escritoras’. “La lengua está viva y es cambiante, por eso tiene que adaptarse a la realidad de la sociedad”, sostiene la escritora.
Por otro lado, en lo que se refiere al lenguaje inclusivo utilizado en internet, Marilar Aleixandre manifiesta que hay que distinguir entre el lenguaje que se utiliza en las Redes Sociales y el que se usa en la literatura o los textos académicos. “Hay ocasiones en los que tienes que utilizar el masculino genérico porque si no el texto queda muy pesado si tienes que estar constantemente diferenciando que te refieres a los dos géneros, pero procuro utilizar siempre perífrasis o términos que engloben a los dos géneros, como alumnado o profesorado”, explica, aunque reconoce que “en redes yo utilizo la @ u otros métodos, porque es una forma de llamar la atención a los dos géneros”.