La Navidad no traerá paz a En Marea. Fuentes oficiosas de los dos bandos han confirmado a Galiciapress  el resultado y parece que se avecina tormenta.




Los oficialistas claman haber ganado con el 60 por ciento aproximadamente de los votos. Fuentes del bando crítico indican que los datos que manejan son , efectivamente, de 1.596 sufragios para Coidando a Casa de Luís Villares frente a 1.098 para Entre Todas de David Bruzos.


Eso si dejan advierten de un posible "pucherazo" porque dicen que los votos han sido contados sin la presencia de interventores. Así las cosas, su siguiente paso sería solicitar una auditoría externa para determinar las posibles irregularidades.


Un movimiento que, vista la agria polémica de estas semanas, sería mal recibido en el bando oficialista. Está por ver como evoluciona la situación y se confirman estas cifras -por ahora oficiosas- pero todo parece indicar que En Marea sigue caminando hacia una posible ruptura.


La participación superaría el 60%. Esto implica una importante abstención después semanas de acusaciones cruzadas de fraude, que llevaron a suspender las primarias a última hora.


LUCHA FRATICIDA

Las votaciones se abrieron a las 9,00 horas de este sábado y quedaron clausuradas a la misma hora de este lunes, jornada para la que está previsto que se conozcan los resultados, resume Europa Press.


Por un lado, Villares y la actual dirección aspiran a mantener el control del partido instrumental. Por otro, Bruzos, con el apoyo de Podemos, Anova, Esquerda Unida y las mareas de Santiago, Ferrol y A Coruña, que culpan a la actual dirección de haber sumido En Marea en un "estado de excepción".


CAMINO A LA ESCISIÓN

Las primarias, que debían celebrarse entre el 1 y el 3 de diciembre, fueron suspendidas el día 1 cuando el representante legal del partido ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Gonzalo Rodríguez, del bando oficialista, denunciaba la existencia de un acceso "ilegal" al censo por parte del Comité Electoral, con mayoría de los críticos. Dos auditorías permitieron comprobar que, supuestamente, tres miembros de Esquerda Unida habían intentado acceder al censo.


De este modo, críticos y oficialistas cruzaron durante las últimas semanas reproches, acusaciones de fraude y amenazas de recurrir a los tribunales. Con el paso de los días, el tono del enfrentamiento fue subiendo, dejando al borde de la ruptura total. Ruptura que, por lo que parece a la vista de las primeras reacciones, sigue próxima.

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