La victoria de los locales en el derbi por 69-56 deja a los lucenses con un record de 2-4, el mismo que Obradoiro.
Cvetkovic, del Breogán, con la pelota / Foto: ACB
En octubre del primer año del S. XXI el programa Windows XP salía al mercado, se estrenaban en los grades pantallas las sagas de Harry Potter y El Señor de los Anillos, José María Aznar presidía España y los Lakers de Shaq y Kobe presidían la NBA. Mucho ha cambiado el mundo en ese tiempo, especialmente para Cafés Candelas Breogán y Monbus Obradoiro, dos equipos que han tardado 17 años en volver a verse las caras en la máxima categoría del baloncesto español. El derbi gallego se lo llevó el conjunto lucense por 69-56, cosechando el segundo triunfo de la temporada, el segundo en casa, y cogiendo resuello de cara a una temporada que va a ser muy difícil.
Los locales saltaron al parquet mucho más enchufados que los compostelanos y más decididos a darle una alegría a su público, que llevo en volandas a su equipo desde el salto inicial. Sin embargo, el duelo no empezó de la mejor manera para los celestes, que vieron como a que a los dos minutos de juego Kinsey abandonaba la cancha por lesión. Con todo, el primer cuarto se cerró con una clara superioridad celeste, 16-9, gracias en gran medida al desatino de los visitantes.
El segundo cuarto fue más embarullado por la entrada de los reservas, que se cargaron muy pronto de faltas, y el marcador se vio resentido por la falta de circulación y los errores desde el perímetro. Sin embargo, y a pesar de que ninguno de los dos dio la talla, el Breogán fue el que menos falló y se fue al descanso con un 31-18 que dejaba el duelo muy encarrilado.
El segundo periodo arrancó en forma de espejismo, ya que sostenidos por un fabuloso Kostas Vasileiadis desde el triple el Obra pareció recomponerse, pero Alec Brown devolvió a los santiagueses a la realidad con otros tres puntos. Ahí apareció la mejor versión de Sergi Vidal, el más destacado del encuentro y el verdugo del equipo de Moncho Fernández. Con 12 puntos, cuatro rebotes y otras tantas asistencias, el veterano escolta dio una lección de juego y permitió al Breo llegar al último cuarto con un 51-38 en el tanteador.
El último asalto fue igualado, aunque los de Lugo no dieron opción a dejar salir la victoria de su pabellón. Con todo, el Obra se quedó a solo cuatro puntos de igualar la contienda, pero no fue suficiente y los locales, apoyados en un buen Cvetkovic, pusieron más tierra de por medio hasta sellar el definitivo 69-56. Las dos escuadras gallegas cierran la jornada con un record de dos victorias y cuatro derrotas. Va a ser un año complicado para ambos, pero hay baloncesto para rato en la nazón de Breogán.