Un miembro de la extinta Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, acusado en el caso de los 'Miguelianos', ha apuntado al que era capellán de A Lama, Isaac de Vega, y los padres de algunos consagrados como los responsables de iniciar esta causa contra el líder, Miguel Rosendo: "No entiendo cuál es el motivo de esta persecución. No sé si es venganza o un tema económico".
En su declaración en la quinta jornada del juicio, que acoge durante estos días la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra, José Carlos A., que fue consagrado, ha recordado en esta línea que líder "nunca tuvo que buscar a nadie". "Fuimos nosotros los que acudimos a él con nuestros problemas y nuestros padres nos empujaron a acudir a Miguel, y ahora todo cambió radicalmente".
En este ámbito, ha remarcado que De Vega "ha sido el instigador de todo esto", y el que, junto a otros padres que ahora ejercen la acusación particular, "comieron la cabeza y la oreja" a otros familiares en relación a supuestas irregularidades que habrían tenido lugar al amparo de la Orden. "Me siento engañado por el entorno que me rodeaba, no por parte de Miguel", ha apostillado.
En todo caso, ha hecho hincapié en que en esta causa se está hablando "de personas mayores de edad, adultos todos", y de hecho ha comentado que en la organización no vio "a nadie con cara de sufrimiento ni dolor, al contrario". Además, sobre las obras de construcción en la que participaban algunas de estas personas, ha dicho que trabajaban "por amor a Dios", porque ese era su "modo de vida".
Respecto a las limpiezas espirituales, ha dicho que no le constan, que no vio vejaciones ni escuchó que Rosendo las hiciera, y que "nunca" ha "apreciado ninguna irregularidad" mientras vivió con el líder y su familia. "Era una familia de lo más normal, sencilla y humilde, y me lo entregó todo como a un hijo más", ha sellado.
LA ORDEN
Tal y como ha explicado, él conoció a Miguel Rosendo cuando hizo el Camino de Santiago en 1993 (tenía 15 años de edad), y después empezó a ir a su consulta "por tema de estudios", porque "necesitaba vitaminas". En el transcurso de los años, llegó a ser denominado 'padre de la buena huella', es decir, "segundo de abordo a cargo de la parte masculina de la Orden".
En relación con este último aspecto, ha comentado que "nunca --le-- gustó" que le llamasen 'padre', si bien así se hizo porque "era por el cargo que desempeñaba". Acto seguido, ha comentado que él abandonó la vida consagrada en 2013 "porque no podía más", si bien ha sostenido que podían entrar y salir "libre y voluntariamente".
El lo que refiere a cómo se financiaba la asociación, ha indicado que se aportaba una cuota de 10 euros por persona ("quien podía pagarla"), y con ello cubrían los gastos "del día a día". Además, ha reconocido que recibían donaciones, y que cuando se las daban a él, se "las entregaba a Esteban o Marcos, pero nunca a Rosendo".
Finalmente, ha manifestado que su declaración la ha realizado en estos términos libremente y sin que nadie le haya obligado. "Porque quiero decir la verdad y concibo ser así en la vida, no porque nadie me obligue a nada", ha concluido.
miércoles, 3 de octubre de 2018, 14:50