Cuando los aficionados españoles al deporte rey están pendientes del Mundial de Fútbol de Rusia, y “preocupados” por los resultados obtenidos por la selección española en los partidos amistosos, que no han sido ni mucho menos ilusionantes, viene el rey de reyes, Florentino Pérez, desesperado por encontrar un nuevo entrenador para su equipo y suelta la bomba: Lopetegui será el nuevo entrenador del Real Madrid, después del mundial. Una operación que ha dejado a todo el mundo con la boca abierta y cabreados.
A dos días de empezar el acontecimiento futbolístico más importante del fútbol mundial, con una selección española, que genera muchas dudas en cuanto a la composición de los seleccionados, no pueden estos dos señores, Florentino Pérez y Lopetegui, hacer la jugada sucia que han hecho. Lo ético y profesional hubiera sido esperar a que terminara el mundial y después hacer pública la noticia del fichaje. Pero Florentino siempre tiene que dar la nota, sino no se queda tranquilo. No puede remediarlo, siempre va sobrado.
Con esta decisión que el nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol comoció diez minutos antes de que el Real Madrid soltara la bomba, lo que ha hecho es poner en entredicho la estabilidad de la selección y la confianza de los jugadores en su seleccionador. Con este panorama, lo mejor que podría hacer el engañado presidente de la Federación Española de Fútbol es mandar de vacaciones al impresentable del seleccionador y poner a Fernando del Hierro en su lugar o al seleccionador de la sub21, Albert Celades no pasa nada, nadie es imprescindible.
El Real Madrid siempre se ha considerado un club señor, aunque algunos de sus presidentes han tenido actuaciones que no han gustado demasiado al mundo del fútbol. La llegada de Florentino Pérez, el rey de los negocios, al club blanco, donde lleva ya unos cuantos años, dio un giro al club. En su primera etapa, su comportamiento era casi ejemplar, pero con el devenir de los años, su actitud ha ido cambiado paulatinamente a peor: prepotente, intervencionista en los fichajes imponiendo jugadores a los entrenadores y saltándose a la torera muchas reglas no escritas del fútbol.
Florentino ha hecho perder el prestigio del equipo señor que implantara en su día el mejor presidente que ha tenido el Real Madrid, Santiago Bernabéu, y su mano derecha, Raimundo Saporta. Ha sido la etapa de mayor prestigio del club madrileño.
Con actuaciones como esta, donde el fin justifica los medios, lo que está sucediendo es que el mundo del fútbol se está metiendo cada vez más en un pozo sin fondo, donde la credibilidad se está poniendo en entredicho.
Ahora solo queda esperar la reacción del Luís Rubiales, presidente de la Federación de Fútbol. ¿Cesará a Lopetegui? Parece que sí.