Los opositores a la mina advierten que los "vertidos" de la mina pondría en peligro el trabajo de "30.000 familias" que viven del mar en la ría de Arousa

Miles de personas, 80.000 según fuentes de los convocantes, han abarrotado las calles de Santiago de Compostela y la Plaza del Obradoiro en la manifestación convocada por más de un centenar de colectivos ciudadanos para instar a la Xunta de Galicia a que no autorice la reapertura de la mina de cobre prevista en casi 700 hectáreas de las localidades de Touro y O Pino, por "contaminante" y "peligrosa".

Encabezada por una pancarta con el lema 'Mina no, no queremos una herencia envenenada', portada por un grupo de niños, la multitudinaria protesta ha arrancado pasadas las 12,00 horas en la Alameda y ha concluido dos horas y media más tarde en la Praza do Obradoiro, con el apoyo de los líderes de los partidos políticos de la oposición y de los sindicatos.

Con la participación tanto de los integrantes de la 'Plataforma Mina Touro-O Pino Non' como de la 'Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa', la marcha ha avanzado alternando música festiva de gaitas y cánticos reivindicativos como "Feijóo, escucha, Galicia está en lucha", y liderada por personas disfrazadas de esqueletos y con guadañas ficticias con el lema "Mina no".

Obdulia Lareo, portavoz de la Plataforma, ha avanzado que los vecinos "seguirán en lucha", ante un proyecto impulsado por las empresas Atalaya Mining y Cobre San Rafael, que reactivaría la antigua mina de cobre que existió en la zona hasta el año 1987 y que consideran que "es contaminante y peligroso".

"Es imposible que este proyecto sea aprobado por una administración que tiene que mirar por los vecinos, no por una empresa foránea que viene a explotar un yacimniento en contra de los vecinos, el Camino de Santiago, el entorno y nuestra forma de vida", ha denunciado, instando a la Xunta a "tomar nota" porque "gobierna para los vecinos no para Atalaya Mining".

Así, ha puesto de manifiesto los perjuicios que sostiene que supondrá la mina al sector agroganadero, al turismo ante la proximidad del Camino de Santiago, al medio ambiente y a los bancos marisqueros de la ría de Arousa en los que desemboca el río Ulla que pasa por la zona de la mina.

Los opositores a la Mina, que sospechan que la mina podría ser autorizada en agosto, han alertado así de las consecuencias para la comarca de Santiago y la zona de ría de Arousa, de una mina que denuncian que contará con "balsas con lodos altamente contaminantes", "voladuras diarias", que usará "elementos químicos sospechosos de causar cáncer", y provocará vertidos "contaminados" al "agua del Ulla que abastece a más de 155.000 personas".

Ante este temor, también se han sumado a la protesta una importante representación de vecinos de la provincia de Pontevedra, encabezados por la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa.

Su portavoz, Xocas Rubido, ha expuesto que la mina podría afectar al "centro neurálgico" del marisqueo en Galicia y a cerca de "30.000 familias", puesto que en la ría se concentrarían "el 75% de la producción de mejillón y el 45% de las mariscadoras gallegas", según sus datos.

Ante esto, Rubido considera que la Xunta, "con los informes sectoriales que existen en este momento", ya puede "tomar una decisión firme para paralizar el proyecto".

EXIGEN A LA XUNTA QUE PARE EL PROYECTO Y DENIEGUE LA AUTORIZACIÓN
En la Praza do Obradoiro, en un palco instalado para el acto al que subieron los niños que portaban la pancarta central como ejemplo del futuro de Galicia que "no merece vivir en un país que esté envenenado", se dio lectura al manifiesto central.

En una plaza abarrotada, los opositores a la mina exigieron a la Xunta de Galicia y a Feijóo que se frene el proyecto y se deniegue la autorización para la explotación minera. También, han demandado la restauración del daño causado por la anterior explotación, y que el gasto sea asumido por "los que se lucraron".

En tercer lugar, solicitaron la caducidad de la concesión por el abandono de la actividad extrativa de cobre, por no tener restaurada la mina y por la contaminación causada.

BALSAS CON MUROS COMO LAS "TORRES DE LA CATEDRAL"
En el manifiesto, los organizadores han desgranado los motivos de su oposición al proyecto minero, que supondría la reactivación del que existió hasta 1987, con una nueva explotación que ocuparía, inicialmente, 689 hectáreas pero que sospechan que podría llegar a alcanzar las 2.000.

Una antigua mina que, han denunciado, ha provocado "30 años de herencia envenenada" y una "herencia de ríos y riachuelos fuertemente contaminados", con "cursos de aguas ácidas con metales pesados sin vida que pasan por el Ulla antes de acabar en la ría de Arousa, en donde son visibles sus efectos en zonas como os Lombos do Ulla".

Con el proyecto actual de mina los manifestantes aseguraron que se pretenden "levantar dos enormes balsas con muros más altos que las torres de la Catedral de Santiago", en donde "meterían más de 100 millones de toneladas de lodos altamente contaminantes" a apenas "200 metros de la aldea de Arinteiro".

A esto, se sumarían "voladuras diarias" que podrían afectar a los "diques de contención de las balsas", con la amenaza de que la "carga letal" de esos lodos acabase "en la Ría de Arousa", en lo que han afirmado "que sería peor, mucho peor, que el Prestige".

El manifiesto ha continuado advirtiendo que en la separación del "cobre se utilizarían compuestos químicos, algunos de ellos sospechoso de provocar cáncer".

"Se verían seriamente afectadas las actividades agroganaderas, forestales, pesqueras y marisqueras, el cultivo de mejillón, las depuradoras de moluscos, la industria transformadora, el turismo vinculado al Camino Francés y el de la ría, la gastronomía y todas las actividades económicas interrelacionadas", ha proseguido el manifiesto central.

La posible contaminación del agua ha sido otro de los ejes de sus denuncias públicas, al entender que el proyecto utilizaría agua de manantiales y "llegaría al Ulla, que abastece a trece Ayuntamientos y más de 155.000 personas". Asimismo, también han alertado de las consecuencias al turismo, ante la proximidad del Camino Francés.

"Frente a un modelo productivo con el nuestro, capaz de generar riqueza y redistribuirla, la mina, de ser una realidad, solo beneficiaría a unos pocos", que "huírían como ya sucedió antes dejando solo los restos del naufragio en forma de contaminación".

PRESENCIA DE LOS LÍDERES DE LA OPOSICIÓN
Los vecinos que rechazan el proyecto de mina de cobre a cielo abierto han estado respaldados por los líderes de los grupos de la oposición en el Parlamento de Galicia, y que han instado a Feijóo y a la Xunta a paralizar el proyecto.

"Hay 100.000 personas que beben agua del río Ulla y no vamos a permitir que Feijóo nos envenene, no vamos a permitir que envenene la ría de Arousa, que una multinacional con la complicidad de un gobierno corrupto estropee el Camino de Santiago y que nos expulsen de nuestro terreno", ha expresado Luis Villares, portavoz de En Marea.

"No vamos a permitir que Feijóo ni una multinacional hagan del gran tesoro que es Galicia un terreno yermo".

Por su parte, el secretario xeral del Partido Socialista, Gonzalo Caballero, ha asegurado que la mina "pone en riesgo el entorno natural en O Pino y Touro y la biodiversidad marina de toda Galicia" por lo que ha apelado a la Xunta a que priorice "el desarrollo sostenible de Galicia" frente a este proyecto.

Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, ha instado a Feijóo a "escuchar el clamor de personas de diferente ideología contra la mina de Touro" y le ha emplazado a "hoy mismo sin dilación a decir que el proyecto se paraliza" después de la protesta de Santiago. "No puede ser que la Xunta prefiera defender los intereses de una multinacional que viene a depredar los recursos y no los de los gallegos", ha añadido.



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