ADCOR
La educación sexual es una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Centrada en la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y embarazos, la formación deja completamente de lado la afectividad, parte esencial de nuestra sexualidad.
Las carencias en materia de educación sexual se magnifican cuando hablamos de personas con discapacidad intelectual. “Las personas discapacitadas son asexuales” o “la educación sexual no es necesaria para personas con discapacidades” son algunos de los mitos extendidos hoy en día que nos llevan a silenciar e invisibilizar la sexualidad de personas con diversidad funcional. “Son personas normales, como nosotras. Cada una tiene sus intereses y necesidades que pueden variar en función de la actividad cognoscitiva, pero tienen los mismos sentimentos y necesidades que nosotras. No hay ninguna diferencia, la diferencia la ponemos nosotras en todo caso”, comenta Margarita Barrera Vázquez, responsable de calidad y coordinadora de Centros y Servicios ADCOR.
ADCOR, fundación que trabaja para mejorar la vida de las personas adultas en situación de dependencia, presenta el viernes 13 a las 18:00h en la sede de IESIDE Escuela de Negocios de Afundación, en A Coruña de abril “4 universos para naves especiais”, cuatro guías de afectividad y sexualidad con el fin de facilitar la comprensión y accesibilidad de las personas con discapacidad intelectual.
“O Universo da Sexualidade [la primera de las guías] es conocer el cuerpo, las conductas eróticas, pero despues empezamos a hablar de los sentimientos: cómo nos sentimos, cómo nos enamoramos, qué pasa cuando las cosas salen mal, con quién podemos compartir y contar para conseguir esto. […] Entonces sale O Universo das Emocións, el poder reconocer nuestras emociones y meterlas dentro del universo de la sexualidad”.
O Universo da Diversidade es la tercera de las guías que presenta la fundación, un manual sobre la diversidad sexual. Buscan acercar “los tipos de sexualidad que se pueden vivir” a las personas con diversidad funcional, porque como dice Barrera “no podemos dar la espalda a la realidad”.
Para poder llevar a cabo este trabajo, es imprescindible que todas las partes estén implicadas. Las protagonistas de este aprendizaje deben ir de la mano con profesionales y familiares, cuya implicación y formación es fundamental para poder “abordar esta temática, plantear las necesidades”, pero también para no caer en la sobreprotección. “Lo importante es la formación. Si formas a una persona va a tener respuestas acertadas. La formación es de las personas [con discapacidad intelectual], de las familias y de las profesionales”. “En ADCOR”, nos cuenta la coordinadora, “llevamos mucho tiempo formándonos para esto”. De la importancia de establecer una unión con las profesionales y las familias nace el cuarto manual: O Universo Familiar.
4 Universos para naves especiais / ADCOR
Educar en igualdad
De la misma forma que en la educación sexual impartida en colegios, la formación con personas con diversidad funcional tiene que ir más allá de las ITS y embarazos. “No sólo somos formadores de las consecuencias que puedan tener sus actos sexuales sino también de las emociones”. Margarita habla de los sentimientos, de las emociones, de sentir cosas por otra persona pero también de afrontar el desamor, de no poner en práctica ni soportar conductas de maltrato o de saber que nadie puede tocarles si no quieren. “Es algo natural. Como que vayan a comprar el pan y tengan que esperar su turno. No puedes dejar que nadie llegue y te toque o abuse e ti, eso es fundamental. O que ellos toquen a cualquiera. Es un aprendizaje”, añade.
Desde el entorno nuestro deber es “verlo con total normalidad”. “Las personas con discapacidad intelectual tienen derecho a tener una sexualidad como el resto de las personas. Es lógico que tengan pareja, que puedan salir, que puedan besarse… y que eso non llame la atención”. Porque al silenciar e invisibilizar “hay una parte de su vida que no evoluciona, que se cubre, que se tapa. [Hay que] tratarlo con naturalidad pero formando siempre.”