Atalaya Mining, la principal impulsora de la apertura de la mina de Touro, subió en bolsa en torno a un 61,83% desde mediados de agosto de 2017 hasta marzo de 2018. El inicio de su despegue coincide en el mismo mes en el que el proyecto se publicó en el DOGA, dando el pistoletazo de salida a la oposición de decenas de asociaciones, entidades científicas y vecinos debido a los riesgos medioambientales y socioeconómicos que trae consigo.
Atalaya Mining es una multinacional minera que tiene a su cargo los proyectos de Touro en Galicia y de Minas de Riotinto en Andalucía. La empresa titular de la histórica mina de Huelva no ha estado exenta de polémica en el desarrollo de sus explotaciones, y tras no reportar beneficios entre 2012 y 2015, fue a partir de 2016 cuando Atalaya Mining comenzó su creciente mejoría.
En febrero de 2017, la multinacional se interesaría en el proyecto de la mina de Touro y en la adquisición de Cobre San Rafael, la empresa titular de los derechos de explotación del terreno minero. Después de analizar la potencialidad de la zona en materia de producción de cobre, en junio del mismo año Atalaya Mining pasó a ser la principal accionista de Cobre San Rafael, llegando a controlar un territorio de hasta 122,7 kilómetros cuadrados, extensión que se consolida como uno de los grandes temores de los detractores de la mina.
Entre la adquisición de Cobre San Rafael y la publicación del proyecto en el DOGA, comenzó en agosto el ascenso meteórico en bolsa de Atalaya Mining, que desde el inicio del conflicto ha visto mejorada su posición en torno a un 60%.
Actualmente, la multinacional ve factible la apertura de la mina a pesar de las acciones de sus numerosos detractores, y considera en su reciente presentación a posibles inversores que Galicia es “pro minera y autónoma”.
A lo largo de 2016, Atalaya Mining generó ingresos de hasta 98 millones de euros, reportando por primera vez en cuatro años beneficios de hasta doce millones. Entre sus activos corrientes y no corrientes, la empresa sumó un total de 300 millones de euros, una cantidad que no cesó en su crecimiento desde 2012, mientras que el total de su patrimonio y recursos propios (Total Equity), por último, ascendió de 63 a 188 millones de euros de 2012 a 2016.
La falta de recursos propios y músculo financiero fue el motivo que, en su día, la Xunta alegó para parar a última hora el proyecto de la mina de oro en Corcoesto. Una deficiencia que, en principio, no sufre el proyecto de Touro - O Pino.