Una de esas compañías que parece tener detrás un nombre ya histórico, Riotinto, aunque hogano estemos hablando de una empresa tan moderna que tiene razón social variable y que no se sabe ni de donde es, ya que estos negociantes de la globalización son tan cosmopolitas que sitúan su dirección fiscal donde les cuadre (y el dinero nadie sabe dónde), presenta un proyecto que, entre otras obras, incluye la construcción de dos balsas, para después llenarlas de residuos contaminantes. El que se conoce sobre esta empresa lo explica muy bien el escritor Xurxo Borrazás en este artículo de hace unos días.
El primero de estos depósitos estaría a 250 m de las casas de Arinteiro, parroquia de Loxo, ayuntamiento de Touro. El segundo, un poco más cerca, a 200 m del mismo lugar. Un muro de casi tres kilómetros (2867 m) tendría este. Lo otro, algo más de los 3 kilómetros (3187 m). Las alturas de los muros van de los 55 a los 81 metros.
Al quien le sorprenda esta idea de acostar en las balsas productos químicos que son irritantes, tóxicos, alérgicos, nocivos para las personas, sospechosos de causar cáncer, malos para los animales acuáticos, etc, según nos explican los científicos de la Sociedad Gallega de Historia Natural ( SGHN), siempre se le puede proponer, para demostrarle que Galicia anda por el buen camino (¿no dice así el anagrama de la Xunta?), que repare en este proyecto de aldea gallega con dos imponentes muros a cada lado, aun más altos que los que separan México de Estados Unidos o Marruecos de Ceuta y Melilla. ¿ No se podría apostar por el turismo de calidad con estos monumentos que la empresa minera quiere construir? Además, el Camino de Santiago también no está tan lejos.
Sospecho que habrá personas críticas, alquien les parezca una exageración hacer tal propaganda de la contaminación, peroa estas podríamos recordarles que, allá por el año 2002, las miles de toneladas del chapapote que el petrolero Prestige arrojó en nuestro mar, fueron descritas de la siguiente manera, y copio textualmente: “unos pequeños hilitos, cuatro en concreto, regueros solidificados con aspecto de plastilina”.
Hubo aaquella altura quien no podía acreditar en el que estaba escuchando en directo en una rueda de prensa. Pero nadie se sía, que el señor que de una manera tan gráfico explicó aquella marea negra, llegó unos años más adelante a presidente del Gobierno Español.
Las pretensiones de la empresa son extraer cobre. Para eso destruiría cerca de las 500 hectáreas de terrenos agrícolas y forestales, y los espacios destinados a depósito de residuos, como las balsas de las que se habló, ocuparían una extensión igual que la de 300 estadios de fútbol como el Bernabeu. Aseguran los técnicos de la empresa que de este modo se revertiría la pérdida de población de la comarca, tal como acontece en el Concejo de Belmonte de Asturias, donde funcionan explotaciones mineras de estas características.
Tienen una severa confusión estos señores de Riotinto o como se llame la organización que les paga, pues ese concejo de Belmonte sufre una importante pérdida de población (desde que hay explotaciones mineras, mucho más alta que la de los ayuntamientos limítrofes), y sus tasas de decrecimiento duplican a las de los ayuntamientos de Touro, O Pino y Arzúa, que mejoraron bastante en este aspecto desde que cerró la mina que funcionó en la comarca entre los años 1972 y 1986. No pretendo detestar a lectoras y lectores con datos. Quien tenga curiosidad puede acercarse la este escrito de alegatos de la citada SGHN.
En ese mismo informe científico de la SGHN, explican que, a menos de un kilómetro de la explotación, se encuentran 20 núcleos de población, una guardería, una residencia de la tercera edad, una piscina municipal, el centro de interpretación del Río Ulla, el centro de Protección Civil. Si estos empresarios multinacionales pusieran la mina a funcionar, las personas que anduvieran por allí iban a percibir el ruido y el temblor de las voladuras con explosivos. Se calculan seis diarias los siete días de la semana.
Con esa música minera de fondo, no sé si sería muy fácil discurrir cuentos para atraer turismo o progreso a la comarca, aunque no habláramos de la desaparición de manantiales que hoy llevan agua a vecinos y la explotaciones ganaderas, del riesgo real de que se pierdan vidas humanas, del grave peligro que estas explotaciones mineras a cielo abierto suponen para la vida del mejillón del río y otras especies animales, que son alguna de las graves amenazas medioambientales que paran, como el ratonero por encima del gallinero, sobre de aquellas tierras de la ribera del Ulla y no unicamente.
Sipensamos en que este nuestro hermoso río lleva sus aguas hacia la Ría de Arousa, podemos volver a citar al mismo hombre que habló de los “ hilillos de plastilina”, quien el 21 de noviembre de 2002 aseguró, serio y solemne: “La marea no va a llegar a las Rías Bajas”. Quince días más tarde, el chapapote estaba en la boca de la ría de Arousa.
Mas no entró. Mariscadores, mariscadoras, marineros, voluntarias, voluntarios... autoorganizáronse lo impidieron: Galicia, el buen camino. No sé si me explico.